viernes, 31 de diciembre de 2010

La profesora buenorra

Siguiendo con los arquetipos docentes vistos desde la perspectiva de los alumnos, vamos con uno algo más amable que el de ayer: el/la profesor/a buenorro/a.

Cuando se llega a edades de eclosión hormonal, en las que empiezas a ver a las personas bajo el prisma del deseo, puede ocurrir que alguno de tus profesores agudice esos bajos instintos en efervescencia. Mi caso personal, y el de muchos de mis compañeros, fue la profesora de inglés. Treintañera, sin ser especialmente bella, su exhuberancia la convertía en objeto de muchos rumores y fantasías. Sus minifaldas, sus vestiditos ajustados, sus posturitas al apoyarse en la mesa y al enseñarnos sus a veces generosos escotes, eran todo un festín para nuestros sentidos. Que yo sepa, nunca pasó nada con ningún alumno, pero a más de uno no le hubiera importado. En mi retina, aún titila el recuerdo del último día de clase, en junio, cuando vino con un vestido corto, minifaldero, ajustado, azul, y se sentó encima del pupitre que servidor tenía justo en frente. Esa visión es otra de las cosas de mi período escolar que no se me olvidará.

Desconozco, o ahora mismo no recuerdo si mis compañeras de clase y de colegio tenían un profesor fetiche, pero no me extrañaría. En la Universidad, ya más mayorcitos, sí que los había, pero ahí el profesor ya no está tan en el pedestal como en la pubertad y primera adolescencia. Es más tangible, más a mano. No sé si me explico...

jueves, 30 de diciembre de 2010

La mala educación

Si hay profesores que nos han marcado positivamente, a los que admiramos, respetamos y guardamos gran cariño con el paso de los años, no es menos cierto que hay otros que marcan por la vía negativa. Con ellos aprendimos en buena parte (si por fortuna no lo habíamos aprendido ya en casa) lo que es el miedo y el odio. En mi caso son dos. Uno de ellos fue mi tutor en 5º de EGB: violento (en cierta ocasión le vi coger a dos niños mientras guardaba el recreo y entrechocar sus cabezas, es una imagen que no olvidaré), maleducado (no tenía ningún problema en cortarse las uñas, comerse un bocadillo o hurgarse la nariz mientras explicaba la lección), irrespetuoso (no tenía reparo en insultar y vejar al personal, otra de las cosas que no olvidaré es cómo llamó "putita" a una compañera, que es una de las personas a las que más quiero y con quien mantengo amistad desde que los dos teníamos cinco años), en fin, toda una joyita. Que te preguntara la lección era toda una lección de aplomo y de templanza (no debía notar que estabas nervioso, porque podía caerte una burla o, en los días malos, una bofetada). Fue todo un alivio dejarlo atrás. 

La otra fue más adelante. Aunque parezca increíble, bordeando la mayoría de edad, una tipa que no nos llegaba ni a los hombros nos tenía a todos acojonados. Sus exámenes sorpresa, sus cambios bruscos de humor, su severidad y sus castigos aleatorios (una vez castigó a toda la clase por algo que cometió un alumno concreto sin que nadie lo encubriera y sabiendo a las claras quién había sido), su cara de perro, hacen que todavía tenga pesadillas con ella. 

Normalmente quedan ahí atrás, y aunque las heridas cicatricen, siempre queda una inquina hacia ellos. Y como muestra, un botón. En esa famosa red social, el colegio al que asistí tiene su propio perfil. De tanto en tanto, cuelgan fotos de los profesores de distintas épocas para que la gente vaya comentando sus recuerdos y experiencias. Es entrañable. Hasta que el otro día pusieron la foto del personaje del que he hablado en primer lugar. Se han batido récords de comentarios. Y ninguno es positivo. Insultos, anécdotas indignantes, reproches al colegio por haberlo mantenido toda su vida laboral en la plantilla. En definitiva, una especie de venganza digital ha caído sobre el sujeto. Seguro que ha sido una pequeña liberación para muchos, aunque sea a destiempo y en un foro distinto al que debería haberse usado en su momento.

Y en el fondo, a pesar de toda la rabia que les tengo, no dejo de sentir cierta lástima por ellos. Porque me parece muy triste ir sembrando el mundo de malos recuerdos.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

(En) La frontera

En la frontera no hay interior ni exterior, propio o impropio. Vivimos en ella, somos ella. La frontera separa y une al mismo tiempo, facilita la orientación, pero ella misma no está orientada.  En la frontera, no hay salida, tan sólo la necesidad de pertenencia, escindida entre dos lados que le dan su ser y al mismo tiempo la amenazan. Angustia ser frontera, quisiéramos ser realidad plena, pero nos desgarraría. También estamos en el desgarro en el limes. No hay huida posible: el desgarro fronterizo aparecerá de una u otra forma. No le haremos frente jamás, tampoco podemos darle la espalda, aunque buena parte de nuestros esfuerrzos se dirijan en una u otra dirección. No es una cuestión espacial. El lugar de la frontera no es un lugar, es previo a cualquier clase de espacialidad. No hay cruce posible.

martes, 28 de diciembre de 2010

Educando

Algún conocido docente me ha comentado, enigmáticamente, que el sistema educativo funciona mejor de lo que los informes afirman. Es más, que funciona a la perfección.

lunes, 27 de diciembre de 2010

La impotencia del querer

"La piedra pesa y manifiesta su pesadez. Pero al confrontarnos con su peso, la pesadez se vuelve al mismo tiempo impenetrable. Si a pesar de todo partimos la roca para intentar penetrarla, veremos que sus pedazos nunca muestran algo interno o abierto, sino que la piedra se vuelve a refugiar en el acto en la misma sorda pesadez y masa de sus pedazos. Si intentamos captar la pesadez de otra manera -esto es, depositando la piedra en una báscula-, lo único que conseguiremos es introducirla en el mero cálculo de un peso. Esta determinación de la piedra, tal vez muy exacta, no es más que un número, mientras que el peso se nos ha hurtado. El color luce y sólo quiere lucir. Si por medio de sabias mediciones lo descomponemos en un número de vibraciones, habrá desaparecido. Sólo se muestra cuando permanece sin descubrir y sin explicar. Asimismo la tierra hace que se rompa contra sí misma toda posible intromisión. Convierte en destrucción toda curiosa penetración calculadora. Por mucho que dicha intromisión pueda adoptar la apariencia del dominio y el progreso, bajo la forma de la objetivación técnico-científica de la naturaleza, con todo, tal dominio no es más que una impotencia del querer. La tierra sólo se muestra como ella misma, abierta en su claridad, allí donde la preservan y la guardan como ésa esencialmente indescifrable que huye ante cualquier intento de apertura; dicho de otro modo, la tierra se mantiene constantemente cerrada."

Martin Heidegger
El origen de la obra de arte

domingo, 26 de diciembre de 2010

sábado, 25 de diciembre de 2010

Del cortoplacismo al totalitarismo

Como somos cada vez más cortoplacistas, y hay que ver resultados con mayor premura, corremos el riesgo de ser más y más exigentes y resolutivos: déspotas, en una palabra. trasladado esto al ámbito del poder, donde el cortoplacismo es aún más acuciante, nos encontramos con tendencias al control, con leyes maximalistas que pretenden cambiar las cosas de golpe (incluso realidades milenarias, que a lo mejor es deseable que cambien, pero no que se deba ni pueda hacer en una legislatura), con diálogos y negociaciones poco sosegadas... En definitiva, la senda hacia el totalitarismo está ante nosotros, y hoy por hoy es una autopista de seis carriles.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Apuntes y reflexiones tras la mudanza de hospital

Ya estamos instalados en el nuevo hospital. Desde hace unos días. Reconozco que la mudanza me ha valido varios cabreos, en intensidad creciente, que incluso he sido reprendido por mis superiores. No por el traslado en sí, que es algo que había que pasar sí o sí, sino por las condiciones en que se ha llevado a cabo la puesta en marcha (en medio de prisas, medias verdades y rumores que han corrido como la pólvora sin necesidad ninguna). Aunque soy el último de la fila y desconozco muchas cosas, la sensación que me ha quedado es que parece que no ha habido ningún interés en minimizar las ansiedades que se han ido generando, algunas lógicas por el calibre y las características de la operación, otras no tanto. 

Pero ya está hecho. Ahora toca apechugar, seguir adelante, hacer del nuevo hospital nuestro hospital. Habitarlo. Minimizar al máximo los problemas que vayan surgiendo. En ello estamos. Al fin y al cabo los trabajadores somos los mismos. Más o menos. Y ahora está, por fin, en nuestras manos. A pesar de todos los pesares, se siente cierto alivio. Y hasta parece que hay luz al final del túnel, ¿será verdad, o es algún bromista con una linterna?. 

Por lo demás, hace unas horas he estado en el viejo hospital, ya vacío. He tenido la oportunidad de colarme para ir a recoger cosas que nos hacían falta en las nuevas instalaciones. Solo. Y aunque apenas habían pasado 24 horas del cierre, parece que cada minuto nuestro hayan sido años para él. El vacío es ahí algo más que la ausencia de objetos. El tiempo de su nada es casi químico, es ácido.

PD: las vistas del nuevo hospital, para los que las tienen, tampoco están mal.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Camino a la humanidad

Y ahora resulta que hay que humanizarse. Como si el ser supuestamente inhumano no fuera de lo más humano.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mi llavero del pasado

Igual que los sefardíes conservan las llaves de las casas que tuvieron que abandonar al ser expulsados de España en 1492, conservo las llaves de las puertas que han sido importantes para mí. No las guardo en un cajón o algún lugar de almacén, sino que van en el llavero (que en mi caso sólo es una anilla para mantener juntas las llaves) junto a las llaves que abren las puertas del presente. 

No se trata de nostalgia, o al menos no lo veo así, sino de mantener un vínculo con los sitios que he habitado y a los que he pertenecido, de retenerlos, de crear la ficción de que no han quedado remotos y atrás, sino que están ahí, a un giro de muñeca. 

Hoy una nueva llave se ha unido a ese llavero del pasado.

martes, 21 de diciembre de 2010

La fauna humana de Montaigne

Hay regiones en las que los hombres nacen sin cabeza, con los ojos y la boca en el pecho; en las que todos son andróginos; en las que andan a cuatro patas, en las que no tienen más que un ojo en la frente y la cabeza más parecida a la de un perro que a la nuestra; en las que son peces de la mitad para abajo y viven en el agua; en las que las mujeres paren a los cinco años y no viven más que ocho; en las que tienen la cabeza y la piel de la frente tan dura que no puede penetrar el hierro, pues rebota en ellas; en las que los hombres no tienen barba; hay naciones que no usan ni conocen el fuego; otras que producen esperma de color negro. 

¿Y qué me decís de aquellos que por naturaleza se transforman en lobos, en yeguas y luego otra vez en hombres? Y si es verdad, como dice Plutarco, que en algún lugar de las Indias hay hombres sin boca, que se alimentan del aroma de cietos olores, ¿cuántas descripciones nuestras serán falsas?.

Michel de Montaigne. Ensayos (parte II, ensayo XII)

lunes, 20 de diciembre de 2010

Sensibilidad histórica

Contó el otro día Matías Vallés en su columna una anécdota a raíz de los disturbios vividos la semana pasada en distintas capitales europeas. Relataba un comunicado del embajador de Austria en París a su rey en el que le decía que "mientras la corrupción y el derroche absorben el tesoro real, se alza un grito de miseria y de terror. Es moralmente imposible que este estado de cosas subsista todavía un largo tiempo, sin que se produzca algún tipo de catástrofe". Fue en 1786, y todos sabemos lo que ocurrió tres años más tarde, sale en los libros de historia. 

Como contrapeso a la clarividencia de este señor, está la historia que cuenta Rousseau en 1766 sobre una princesa que, ante unos disturbios provocados por el hambre y los precios del pan, comentó que "si no tienen pan, que coman brioches"

Aunque podrían ser forzados estos ejemplos y trasladarlos a los momentos que vivimos, la idea es que en todo momento hay quienes, como los indios en las películas, se mantienen atentos y saben cuándo va a llegar el tren a partir de las vibaraciones del suelo. Y otros que no se enteran hasta que el tren les arrolla (o sea, que no se enteran). La gracia estaría en que los segundos supieran apreciar la sensibilidad de los primeros. Pero me temo que viven en mundos distintos, incomunicados e incomunicables.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Lynyrd Skynyrd. Sweet home Alabama

En 1970, Neil Young sacó el LP After de gold rush, que contenía el tema Southern man. En él, reprochaba a los nosteamericanos del sur por su actitud hacia la esclavitud y posteriormente hacia los negros libres. Dos años más tarde, en Harvest, acudió al mismo estereotipo en Alabama. La respuesta no tardó en llegar y en 1974 Ronnie van Zandt y su banda Lynyrd Skynyrd (acostumbrados a la bronca y la polémica, ya que el propio nombre del grupo era una burla de Leonard Skinner, estricto profesor de varios miembros del grupo en el instituto) sacaron su archifamoso Sweet home Alabama, donde cantan las maravillas de los estados sureños más allá de los tópicos del racismo, y mandan a paseo a Neil Young (vale decir que han intentado en varias ocasiones tocarla juntos, pero incompatibilidades de calendario lo han impedido). Todo un clásico. 


Como curiosidad, los gallegos Siniestro Total hicieron una peculiar versión: Miña terra galega.


sábado, 18 de diciembre de 2010

Nietzsche hat mich kaputt gemacht

"Nietzsche hat mich kaputt gemacht" (Nietzsche me ha destrozado). Al parecer, esto es lo que Heidegger dijo tras su monumental confrontación con la obra del pensador del XIX. Con ella,daba a entender que la crisis vital que vivió en los años 30, era en buena medida provocada por su estudio y reflexión en torno a la obra nietzscheana. Sea como fuere, Nietzsche tuvo un papel fundamental en la vida de Heidegger, no sólo en la medida en que le permitió escribir algunos textos muy importantes (recogidos en un único volumen titulado Nietzsche, traducidos al español por mi maestro y director de tesis Juan Luis Vermal), sino también en un nivel más profundo y difícil de sondear. Tanto, que, según el testimonio de su esposa, Heidegger repetía sin cesar el "Nietzsche hat mich kaputt gemacht" en su lecho de muerte, siendo una de sus últimas frases, que de alguna oscura manera podría llegar a ser un epitafio para su vida y su pensamiento.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Ataraxia o catarsis

Las denominadas escuelas socráticas (estoicos, epicúreos y escépticos, principalmente) propugnaban la ataraxia (ἀταραξία, imperturbabilidad) como camino hacia la felicidad. Así, si se lograba mantener el tipo en la adversidad, ésta haría menos mella y no nos veríamos metidos en esos altibajos que tanto daño hacen. 

Nos hace falta una buena dosis de ataraxia. A todos (yo el primero, que ando últimamente con la mecha muy corta). No se trata de mero pasotismo, sino de no dejarse llevar por los cabreos varios que todos los días nos provocan tantas y tantas cosas. Aunque no creo en esa felicidad prometida, al menos algo de tranquilidad nos aportaría. 

O eso, o lo que precisamos es dejar fluir toda la rabia, explotar y arrasarlo todo en un fuego purificador del que podamos renacer. Catarsis (κάθαρσις, purificación) lo llamaban los griegos. Tiene la desventaja de que esa liberación sería dolorosa y posiblemente traumática en muchos sentidos. Pero una vez hecha íbamos a quedarnosserenos para una buena temporada. 

Hay hechos para los que la catarsis es ideal, y otros que precisan más bien de ataraxia. Las necesitamos a ambas. La cuestión es: ¿en qué proporción?.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Privilegiados

En este desgraciado país, tenemos por norma que en lugar de luchar por destacar y alcancar cierto grado de excelencia por nuestros medios y desde nosotros mismos, lo que hacemos es despotricar contra el que destaca y es excelente. Así, si alguna cabeza sobresale del rebaño, se la corta y así todos nos creemos estar en posesión del más alto grado. 

Menos quejarnos de la situación de los demás y tacharlos de "privilegiados" (que aquí, lo mismo que "intelectual", es poco menos que un insulto), y más protestar por la propia situación y luchar por conseguir privilegios (siempre y cuando sean razonables, claro). 

Ahh, no, que luego "nobleza obliga" y hay que hacerse merecedor de esos privilegios. Y eso cuesta esfuerzo. Y el esfuerzo no es precisamente nuestro fuerte.

Porca miseria!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Pérdidas

Una de las dinámicas perversas en las que andamos metidos consiste en andar calculando las pérdidas de determinados fenómenos. Pasa algo y en seguida nos están contando lo malo que va a ser y las pérdidas que va a generar. En primer lugar, nos hablan de esas pérdidas cuando el suceso está aún en marcha y no es posible calcular su alcance. Por lo demás, esas pérdidas están basadas en una expectativa, y en realidad no son tan pérdidas, sino que son una simple diferencia entre lo que se esperaba ganar y en realidad se ha ganado (claro, así el balance sale negativo). ¿No se parece esto a construir castillos en el aire? 

Finalmente, por aquello del "no hay mal que por bien no venga", lo que unos "pierden", otros lo ganan. Por ello, no estaría mal que, en lugar de hablarnos de pérdidas y efectos negativos, nos contaran lo que de positivo tengan las cosas. O al menos que le den una oportunidad a los beneficios.

martes, 14 de diciembre de 2010

lunes, 13 de diciembre de 2010

Poniendo puertas (tornos) al campo

¿Recuerdan aquél ascensor en medio del campo que nos legó el anterior gobierno balear (liderado por el nunca suficientemente bien querido Jaume Matas)? Creíamos que nadie iba a superarlo. Pero como de un tiempo a esta parte vamos viendo cosas que no creíamos que veríamos (por ejemplo: un negro en la Casa Blanca, o a España ganando un mundial), en tan sólo cuatro años han logrado, cuando menos, igualarlo. La estampa, cómo no, sólo podía formar parte de la obra faraónica de esta legislatura (heredada de la anterior, todo sea dicho), el nuevo hospital de Son Espases, "uno de los mejores de Europa" (qué cachondo el que diseñó la campaña). Allí, junto al acceso para coches, se encuentran estos tornos de metro (o de estadio deportivo) plantados en medio de los jardines. ¿Arte abstracto? No hay ninguna placa aldededor ¿Se están riendo de nosotros? ¿Nuestros gobernantes? Pots pensar.


El listón está cada vez más alto. ¿Con qué nos sorprenderá la próxima legislatura? Estaremos atentos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Pronóstico reservado del mundo

Siempre he tendido al pesimismo. Pero un pesimismo lúdico y jovial. Me ha gustado jugar a imaginar lo peor provenir, a modo de autodefensa, para estar preparado para lo peor. Sin dramatismos. Luego, claro está, la gran mayoría de veces no ocurría lo que barruntaba, y tan contentos. 

Pero viendo las noticias en los últimos tiempos, es imposible no alimentar los malos augurios. Y de forma más sombría. Hay varias dinámicas en el mundo que no hacen ninguna gracia: el auge de China (en la medida en que es un régimen totalitario, y más preocupante aún: el servilismo que los campeones de la democracia despliegan cuando de los chinos se trata), la crisis (que ya he dicho en otras ocasiones que no es sólo económica), el islamismo (no que haya algunos fanáticos por ahí que puedan volar trenes, lo cual ya es grave, sino que pueda estar extendiéndose y en el futuro nos estalle en la cara), los conflictos internacionales larvados desde hace tiempo pero que amenazan con agudizarse (Corea, Irán, Oriente Próximo...).Son sólo grandes titulares que engloban muchas otras problemáticas (la debilidad institucional, los nacionalismos, los problemas educativos, cuestiones religiosas, añádase lo que se quiera).
Por sí mismos, cada uno de estos factores (y alguno más que se me olvida) podría ser manejable, pero el problema es que los tenemos todos a la vez, y la desestabilización general ya está empezando a calarnos. De ahí surgenmuchos de los conflictos sociales que tímidamente empiezan a asomar. 

El mundo nunca ha sido un lugar fácil, siempre hubo problemas. Pero yo diría que de un tiempo a esta parte, la cosa se ha puesto más peliaguda. Espero equivocarme, pero ahora por ahora el horizonte no es nada hermoso.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Kiliedro: Magda Goebbels


 

Las situaciones desesperadas y sin salida conducen a actos definitivos y sin vuelta atrás. Si aello le añadimos la fanática determinación de quien tiene un poder casi absoluto, podemos intentar comprender de algún modo (o al menos explicar) lo que llevó a Magda Goebbels a matar a sus seis hijos el primero de mayo de 1945 antes de suicidarse junto a su marido, el ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels.

¿Cómo llegó a ello? Léanlo en Kiliedro.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Crispación vial

Cosas que me enervan al volante: 

-Los que van con una rueda en cada carril, impidiendo que se les adelante. 

-Las motos que van pisando las rayas, por lo mismo, hacen difícil el rebasarlas. 

-Los que se abren a un lado para hacer un giro hacia el otro. ¿No saben que los coches pueden hacer giros de 90º?. Más de una vez he estado a un pelo de que el del carril de al lado me dé un gople por esta manía. 

-Los lentos a los que no puedes adelantar, que te hacen ir despacito detrás de ellos, pero que aceleran al ponerse algún semáforo en amarillo, haciendo que tú te quedes parado con el semáforo en rojo. 

-Los que en carretera hacen las curvas invadiendo parte del sentido contrario. 

-Los que ponen el intermitente cuando no hace falta (por ejemplo, en los carriles que te obligan a girar). 

-Los que no lo ponen cuando lo han de poner. Si lo pusieran al salir de las rotondas, el trafico sería más fluido, ya que no has de esperar a que salgan ellos para incorporarte tú a la rotonda. 

-Las segundas filas. 

-Las motos que se te ponen justo en los ángulos muertos de los retrovisores. Los oyes, pero no los ves, y no sabes por dónde te van a aparecer. 
-Los todoterrenos. 

-Los que deslumbran (los todoterrenos especialmente, al ser más altos, los faros los tienes a la altura de los ojos).

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Lecciones de geografía

Como habitante de Mallorca, resulta frustrante escuchar a tus otros compatriotas, referirse a la isla utilizando cualqueir nombre menos el suyo. Como la capital de la isla es Palma, es fácil escuchar por ahí "la isla de Palma" o, peor aún, "la isla de la Palma" (más que nada porque en España hay otra isla que sí tiene ese nombre, con lo que se da pie a confusión). Y parece una tontería, pero no hay forma de que a determinada gente le entre en la sesera. Aún no he logrado que mis familiares peninsulares tengan claro que Mallorca es la isla entera y Palma sólo una ciudad suya. Es como si llamáramos Madrid a España entera, no sé si se me entiende. La cosa no pasaría de anécdota si el error tuviera lugar en individuos particulares, pero se puede oír a presentadores de noticiarios, meteorólogos y demás hierbas mediáticas caer en el error, con lo cual la cosa se agrava.

Y no es algo que quepa achacar a reformas educativas varias, puesto que adolecen de este fallo gentes que han padecido los distintos sistemas educativos de las últimas décadas, incluso en los que enseñaban provincias, capitales y demás, así que no hay excusa.

martes, 7 de diciembre de 2010

Información privilegiada

Estar en posesión de información privilegiada es una sensación agradable. Te da cierto poder y te crees por encima de los que no sabes lo que tú sabes. Si encima esa información augura una convulsión, la cosa se acrecienta. La pega es que no conviene airearlo por ahí, ya que la empoción viene en parte del secreto. La otra parte es de la espera, de la esperaza aún no colmada. Ahí sólo queda aguardar al desenlace, sea cual sea. Si al final sucede lo presagiado, se está satisfecho por tener buenas fuentes y por poder decir "esto ya lo sabía yo". Si no se cumple, la decepción.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Palabras perfectas

Tienen los idiomas algunas palabras con la virtud de dar en el clavo, de ajustarse como un guante a lo que quieren decir. No es que los otros no tengan términos para los mismos conceptos. Es que esas palabras perfectas muestran un matiz muy peculiar, una arista del concepto que en los otros idiomas pasa más desapercibido o englobadon dentro de palabras con una extensión más amplia. Puede que sea sólo por una cuestión eufónica, que por alguna razón su sonido parezca encajar mejor con el concepto. Es difícil de explicar lo que tienen, pero poseen una fuerza ante la que las palabras del idioma propio palidecen.

Esas palabras las tomamos prestadas, a veces tal cual, otras diciendo eso de "como dicen los X", que puede parecer pedantería, pero es por afinar mejor lo que queremos decir. Algunas han sido incorporadas y forman parte de lo cotidiano, y otras suenan raras y bárbaras. 
Por poner un par de ejemplos, muy tópicos (ahora mismo no me vienen a la mente otros), están el seny catalán (que es sentido común, que es sensatez, sí, pero tampoco del todo) o la saudade portuguesa (que es melancolía, tristeza, pero de un tipo muy particular).

sábado, 4 de diciembre de 2010

Fortaleza de la Mola, o cómo luchar con tirachinas

Que te pongas a construir una enorme fortaleza para defender la isla de Menorca y antes de terminarla alguien invente una tecnología militar que la haga obsoleta es algo que puede pasar, mala suerte. Pero lo que ya es más discutible es que, siendo obsoleta, se siga adelante con ella y luego quede semiabandonada. 

Es el caso de la fortaleza de la mola de Mahón, que se empezó a construir en 1848 y rápidamente se vio superada por los avances en la artillería, que obligaron a irla adaptando a las nuevas realidades. Al final, lo que tenía que ser la plaza fuerte de la estratégica isla, el cuartel que la tenía que defender de las presiones británicas y francesas, no se usó nunca al completo (sólo durante la Guerra Civil vivió alguna escaramuza) y se sumió en el abandono. Hoy en día se puede visitar, se supone que es un museo, pero es tan enorme que hay zonas que se encuentran en un deplorable estado de conservación. 

Sea como fuere, la fortaleza de la Mola es un perfecto ejemplo del fatum español, en el que la mala suerte y la desidia se alían para la depresión.

viernes, 3 de diciembre de 2010

La sala de velas del Crist de la Sang

Uno de los rescuerdos más vívidos de mi infancia son las visitas al Cristo de la Sangre en Palma (más conocido como La Sang). Se trata de una de las figuras más veneradas de la isla, milagrosamente encontrada en el mar, como tantas otras. Situada en el centro de la ciudad, en el barrio donde nació y se crío parte de mi familia, era habitual que nos aceráramos con mi abuela a ponerle alguna vela. En la plaza en la que está la iglesia todavía hay algunas cererías, en las que se compraban los cirios que se dejaban en la imagen. Como niño que era, disfrutaba de ser yo el que llevaba esos cirios hasta el Cristo, eso sí, jugando a espadachín por el camino y haciendo que el calor de mis manos los doblara.

El camino hasta el Cristo tenía algo de iniciático: primero había que pasar bajo un arco por el que también se entraba al Hospital General, con su olor característico, con lo que nuca sabías si ibas a la iglesia o te estaban engañando para llevarte al médico y hacerte alguna perrería. Traspasado el umbral, hay un pequeño patio en el que se alzan varios naranjos. Allí se pasaba del olor de hospital a un intensísimo aroma a naranja o a azahar (según la época del año). Luego ya venía la entrada de la iglesia propiamente dicha. En ella, en un lateral al que se llegaba tras subir unas escaleras, estaba la venerada imagen: un Cristo tosco, con melena natural que le llegaba a la cintura, sucio, y supuestamente milagroso. Todos los miércoles santos llo bajan al altar mayor de su iglesia, y miles de personas van a visitarlo. Luego, el Jueves Santo, es el protagonista de la procesión, a la que da nombre popular y cierra. 
Pero sin duda lo que más grabado tengo en la memoria es la sala de velas que había tras el Cristo. Era una amplia sala repleta de cientos de velas ardiendo. La puerta de entrada era una vitrina ennegrecida por el humo de dentro, caliente al tacto, iluminada sólo con el amarillento y mortecino fragor de los cirios. Debido al calor, los cirios se doblaban y adquirían formas extrañas, caían sobre los otros. Daba miedo y respeto, tenía ese aire siniestro que tan bien sabe alcanzar lo místico y sagrado. Confieso que mientras mi familiares se dedicaban a su plegarias, yo no podía dejar de mirar allí dentro, entre curioso y asustado. 
Tendría que pasarme, por ver si todo sigue igual. Aunque temo que no, porque el que ya no es igual soy yo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Propaganda

La mejor publicidad es el trabajo bien hecho. Y eso no está en nuestra mano valorarlo. Puedes hacer todas las campañas que quieras, con hermosas fotos y bellas palabras, pero al final lo que cuenta es el trabajo hecho. ¿O es posible que una buena propaganda altere la percepción de nuestra labor, a modo de encantamiento?

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Devolviendo las llamadas

Todos hemos sufrido y sufrimos el acoso de las operadoras telefónicas y de internet. Te llaman a cualquier hora y te ofrecen el oro y el moro. Según el día que tengas, les mandas a paseo rápidamente o les escuchas y les haces perder el tiempo: preguntas, haces como que te interesa, y al final les das la patada (lo que yo llamo calientapollismo telefónico). Se siente un gran placer en cualquier caso. 

Pero hete aquí que un día, por razones varias, resulta que te interesa la oferta, dejas que te seduzcan y entras al trapo. Entonces sucede lo que suele ocurrir. Que se olvidan de ti y eres tú el que les tienes que llamar. Viene esto a cuento de una reciente experiencia, en la que he hecho caso a la oferta que me hicieron, acepté sus condiciones, y me dispuse a, en cuestión de días, tener una conexión de internet más rápida y más barata. No podía ser tan buena la cosa, y pasaron y pasaron los días, y al final tuve que llamarles parea ver qué pasaba. Y no pasaba nada, estaba todo como el primer día. Cursaron una reclamación y seguí esperando. Al cabo de un par de semanas, en vista de que no daban señales de vida, volví a llamarles: seguían sin haber empezado con mi solicitud. Tramitaron una reclamación de urgencia y ayer, tras un mes, recibí un sms en el que me comunicaban que habían recibido la solicitud y que estaban trabajando en ello. A ver si es verdad, porque como tenga que volver a llamarles no respondo (bastante margen les he dado ya, otro hubiera aguantado mucho menos). 
Debe ser una cuestión de equilibrio cósmico: ellos me han llamado miles de veces, y ahora yo he de hacer otro tanto.

martes, 30 de noviembre de 2010

Metaamor

 A veces tengo la sensación de que tenemos las miras tan puestas en las idealizadas relaciones que nos han vendido el cine, la televisión y demás, (o incluso en aquella  que no vivimos lo que tenemos delante. De que por no ser exactamente iguales entre sí (unas son mejores, otras peores, más o menos intensas, cómodas o difćiles), nos perdemos lo que la vida nos ofrece, o al menos no lo saboreamos.  Hay relaciones que nos marcan y otras que no tanto, y me parece absurdo pretender que todas sean el Gran Amor. A veces pienso que ahí está buena parte de las frustaciones que a todos nos invaden en estos asuntos, cargándonos cosas que no están tan mal en el fondo.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Cambio de temporada

Hay gente que cuando allá por septiembre empieza a hacer algunas noches frescas, e incluso algunos días ya empiezan a ser para nada calurosos, sacan los abrigos y los ropajes invernales. Igualmente, cuando en febrero-marzo los días soleados empieza a notarse el agradable calorcito solar se ponen la manga corta. Es algo que no entiendo y no comparto. Servidor hace más bien todo lo contrario, estamos a las puertas de diciembre y hace unos días que saqué el abrigo (y bajo él sólo llevo una simple camisa). Claro que luego hasta mayo no me quitaré el anorak.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Soltar lastre

La vida te va poniendo en mil y un quehaceres. Algunos los escoges tú. Otros te vienen impuestos de forma colateral por los primeros. Llega un día en que todo lo que se tiene en marcha se entorpece entre sí. Y uno querría seguir con todo, pero se llega a un punto en el que hay que seleccionar y quedarse con lo que más te interesa. Parece simple, pero no es fácil.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Aroma de hospital

De todos es conocida la fuerza de los olores. Los más sutiles aromas son capaces de despertar recuerdos y reacciones como pocas otras cosas. Si los ojos son el espejo del alma, la nariz es la puerta. Uno de esos olores que a todo el mundo le provoca algo es el de los hospitales. A algunos les disgusta hasta el punto de encontrarse mal. A otros les es más indiferente, pero hay que reconocer que casi todo el mundo lo podría identificar sin titubear, y que es uno de las más característicos. 
A mí me ocurre algo especial con el olor de hospital. Debido a que me gano el pan en uno de ellos, motivo por el cual paso horas dentro, mi nariz se ha vuelto insensible. Estoy tan acostumbrado que no lo huelo. Tan sólo en algunas y contadas ocasiones he redescubierto con cierto placer el aroma de mi hospital. Lo curioso es que me ocurre únicamente con mi hospital, porque al entrar en cualquier otro, como a todo hijo de vecino, lo primero que le viene es ese penetrante aroma de la desinfección, las medicinas y la enfermedad mezclados.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Dudosa prensa

Por mi trabajo, a veces entro en contacto con hechos que luego salen en la prensa. Y debo decir que en ninguna ocasión han dicho las cosas tal y como son, siempre hay al menos algún dato que no dan bien. Y eso que ponen empeño: llaman a la unidad haciéndose pasar por policías, bomberos, por familiares, e incluso por directivos del hospital pidiendo hablar con los médicos o con quien sea para informarse.

Sea como fuere, la cuestión es clara: si en cosas relativamente fáciles de documentar (a no ser que alguien se dedique a no darles la información con la claridad debida...) no informan bien, no quiero ni pensar lo que ocurre con asuntos más complejos o abstractos. 

Menos mal que la prensa sirve para otras cosas con el pretexto de informar, que si sirviera sólo para informar...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Pago por adelantado

¿Porqué hay cosas que hay que pagarlas por adelantado? Puedo entenderlo si se trata de una entrada (a un concierto, al cine...), por aquello de la limitación de espacios. O si es algo material, que te llevas de la tienda, también (imaginen si no fuera así, nadie iría luego a pagar). Pero que haya cosas que se tengan que pagar antes de que ocurran me parece un poco de jeta, ¿no?. Más que nada porque a mí me pagan a final de mes, y lo más lógico parece pagar a trabajo hecho (así se supone que el trabajador estará más motivado e interesado en hacerlo óptimamente). Supongo que alguna razón habrá, nada se hace sin razón, pero puede que las razones sean muy peregrinas o poco consistentes.

martes, 23 de noviembre de 2010

Política bizarra

A propósito de las elecciones catalanas y el frikismo del que han hecho gala (¿dónde ha quedado aquello del seny?, ¿o es que en realidad era una leyenda urbana?), he dado en pensar que una buena forma de acercarse a los procesos electorales es mediante los partidos marginales que se presentan. Porque aunque la realidad del país es de cada vez más bipartidista (aunque al final siempre acaben trinfando terceros), hay un sinnúmero de partidos que nunca obtienen representación pero que tienen el valor (y a veces la poca vergüenza) de presentarse a los comicios. A veces por llamar la atención, otras para estorbar, y a menudo para conseguir un fin concreto, hay están. Ahí va una somera lista (no se pierdan los anuncios electorales): 

Partido de la Asociación de Viudas y Esposas Legales
Partido del Mutuo Apoyo Romántico
Grupo Político Honradez Absoluta Española
Ciudadanos Agobiados y Cabreados
Partido de la Sandía con Tres Avances
Partido de la Unión de Cinturones Apretados
Partido del Bien
Partido Existencialista Independiente

Seguiremos atentos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Dispersión

Es difícil centrarse en estos tiempos. El ruido de fondo es tal, los estímulos tantos y tan variados, que dedicarse a fondo a hacer algo es una tarea titánica que requiere de grandes dosis de fuerza de voluntad. Fuerza que es minada por todas partes y que tarde o temprano flaquea. Algunos días afortunados puedes trabajar duro, pero hay jornadas en las que no sacas nada en claro. Esto genera frustración, la cual dificulta alcanzar la disposición de ánimo adecuada para desplazar a un lado toda la interferencia y centrarse. Se crea así un círculo vicioso o espiral descendente difícil pero no imposible de combatir. Sólo es cuestión de aprovechar los buenos días y remontar el vuelo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Sincronicidades

Se dice que las desgracias vienen den tres en tres, o que los aviones caen de dos en dos. Por alguna clase de ocultos mecanismos, hay cosas que se sincronizan y ocurren a la vez o con extraña simultaneidad. En el ámbito hospitalario también ocurre. Algunas veces tienes que atender cuadros poco frecuentes por partida doble, o triple, porque en cuestión de días acuden al hospital varios pacientes con el mismo mal. No se trata de cuestiones de temporada (tipo gripes y demás) en las que es previsible la acumulación de casos, sino de cosas infrecuentes y raras, que precisamente por esa poca frecuencia hacen improbable la simultaneidad. Pero ocurre. Y también pasa que, cuando estamos hasta los topes y con trabajo duro, ocurra lo mismo en todo el hospital y también en todos los hospitales de la región. Y viceversa, que estando en días de escaso trabajo, esto también se extienda a todos los hospitales. 

Es curioso cómo se sincronizan algunas cosas. Hasta parece que alguien lo haya ideado así.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Mosaicos

Nuestra época es fragmentaria, aunque se dé aires de globalidad y completitud. En realidad todas lo son. Lo que las distingue es la forma en que los fragmentos generan una imagen. Y temo que nosotros no compongamos nada identificable, nada hermoso, nada digno. Aunque bueno, para poder ver esa imagen hay que tomar distancia, y eso es lo que nos falta aún con respecto a nuestro tiempo. Lo que a todo tiempo le falta. Pero que tiene respecto a casi todos los demás. De ahí la nota pesimista, el "cualqueir tiempo pasado fue mejor", que viene de no ver nada en el presente de lo que sí se ve en el pasado. Esta misma distancia cierra las épocas pretéritas, son algo ya hecho, terminado, y lo que ha sido culminado siempre tendrá mayor aura y prestigio que lo abierto. 

Pero nosotros somos lo abierto, somos la apertura, hecho que motiva la continua insatisfacción, la infinita movilidad de los presentes, y el ansia de la paz de los pretéritos. Paz que no se logrará hasta que no demos el paso al pasado. Pero entonces ya no estaremos allí. Entonces habrá una imagen. Que sea bella u horrible, no dependerá de nosotros. ¿Porqué preocuperse, entonces? Porque somos lo abierto. Y lo abierto anhela el cierre. El fragmento desea y solicita que haya una totalidad de la que forme parte. La tesela, un mosaico que le dé sentido.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Mudándonos a Son Espases (una serie de catastróficas desdichas ¿I?)

¿Porqué hacer las cosas bien, cuando se pueden hacer mal? Este lema debe ser ley inquebrantable en la administración, porque da la impresión de que ni dejando las cosas al azar, a rebufo de la entropía, saldrían mejor.

Viene esto a cuento de la situación generada por el traslado del vetusto Son Dureta al flamante Son Espases, que hora a hora va degenerando de ilusionante a indignante. Para empezar, los acabados de la construcción no parecen muy finos. La sensación que te queda tras visitar el nuevo hospital es que no resistirá demasiado. Un edificio de estas características debe aguantar mucho trasiego y el desgaste es importante, y no parece que los materiales, como de Playmobil, vayan a cumplir su misión. Al tiempo, deseo estar equivocado (con que no tengan aluminosis dentro de 30 años, como ocurre con algunos edificios de Son Dureta, ya nos daremos con un canto en los dientes). 

Seguiremos con el asunto del aparcamiento. Que hay que pagar. Algunos hablan de copago. Ojalá así fuera, pero es que para abaratar el coste de la construcción se ha concedido la explotación del aparcamiento (y otros servicios) a la constructora, propiedad del ínclito Florentino Pérez. Bueno, vale, hay que pagar, ¿pero se creerán ustedes que hasta ayer no hubo un anuncio "oficial" de cuánto costaría la cosa?,¿y que a pesar de ello aún nadie nos pueda decir nada de cómo se hará?, ¿y que encima la administración se cuelgue medallas porque ha conseguido que al personal no nos lo cobren igual que a los visitantes?. Claro, así se han generado toda clase de rumores y habladurías varias, a cuál más exagerada y tremendista, haciendo que cundiera el pánico entre el personal. 

Prosigamos. Quedan un par de semanas para que se haga el traslado al nuevo hospital, y aún queda mucho por hacer. Los jefes de servicio se han quejado, diciendo que no se hacen responsables de lo que pueda ocurrir. Los sindicatos (apuntándose al carro, hay que dar la cara, que vienen elecciones sindicales) han pedido que se retrase el traslado. Las autoridades, dando muestra de su talante, han manifestado que están abiertas a retrasarlo. Aún no se sabe si nos iremos más tarde, pero parece que el retraso no va a ser de más de 10 días. ¿Hemos de aplaudir por este acto de generosidad?. Por lo visto, las unidades aún estar por montar, y no entiendo mucho de abrir hospitales nuevos, pero intuyo que tenerlo listo es algo más que tener las camas puestas (y es algo que ni siquiera está ahí). 

Con el personal también hay tela que cortar. Porque como las unidades se reestructuran, algunas quedarán con más personal y habrá que hacer turnos de trabajo distintos. Y esto es algo que se ha sabido muy recientemente, y en algunos sitios aún no está claro. Además, si al final la cosa se retrasa, el traslado se hará unos días antes de Navidad, con lo cual mucha gente estará fastidiada (muchos trabajadores son peninsulares, y aprovechan estos días para irse a sus casas, pero por la cosa del traslado, no se van a dar días libres). Eso por no hablar de todos los servicios que a partir de ahora serán subcontratados, en los que el personal ha estado meses preguntando lo que iba a ocurrir con ellos, sin que nadie les diera respuesta. 

A poco más de medio mes para la gran mudanza, se organizan reuniones informativas. En las que no te informan de nada. La gente pregunta, y no hay respuestas claras.

Con el aparataje nuevo la cosa no es mejor. Durante meses han traído distintos modelos y fabricantes para que probemos bombas, monitores, respiradores y demás. Se suponía que era para que fuéramos viendo cuáles nos iban mejor y poder ayudar con nuestras valoraciones en la compra. Al final, han escogido los aparatos que peor impresión causaron, en un ejemplar ejercicio de asesoramiento inverso (si sugiero blanco, ellos escogen negro). Los aplausos se tornan ovación. 

Capítulo aparte es el asunto de la informatización. Por si la mudanza fuera poco, encima se implanta la historia electrónica. Tiene su lógica, era ahora o nunca. Es algo difícil y complicado, y me consta que hace tiempo que se trabaja en ello. Hace semanas que está en marcha, y las quejas se acumulan. Se contrató una empresa americana (oooh, americana) para hacerlo. Y se enseñó al personal, pero con carencias: se pidieron voluntarios para la formación y no se cribaron (no al menos lo suficiente), se enseñó no a todo el mundo (por ejemplo, de entrada sólo a la gente con plaza e interina), muchos profesionales pasaron olímpicamente de las clases, y la duración no fue suficiente. El hecho de que se impartieran  en verano, con las vacaciones y demás de por medio tampoco ayudó mucho. En su descargo diremos que nunca se había puesto en marcha un plan de docencia tan ambicioso y amplio.

Para terminar, la carretera. El acceso por carretera, como compete a otra administración (cosas de la descentralización) no está terminado, ni lo estará cuando el grueso de pacientes se traslade.

Todo esto se agrava si uno tiene en cuenta que hace años que el hospital se estaba construyendo, y que además se ha contratado una empresa experta en este tipo de traslados, que se supone que lleva tiempo trabajando en ello. Y supongo que era así, pero la sensación que deja todo lo precedente, y algunas cosas más, es la de la improvisación. No es que todo tuviera que salir rodado y sin problemas. Una mudanza de estas características no es fácil, los contratiempos son múltiples y a veces hay que ir a salto de mata, pero hay cosas que no tienen perdón de Dios. Quiero confíar en que hay alguien que tiene las cosas claras en este traslado. Pero nos lo ponen difícil. 

Paralelamente a este proceso, Palma se ha llenado de carteles anunciando el nuevo hospital, "uno de los mejores de Europa", dicen. A día de hoy, permítanme que lo dude. Tal vez algún día, si nos dejan. Por lo pronto, sólo genera nervios, frustración y pataletas como esta. Desearía que algún día se transformara en orgullo. Al menos habrá servido de algo. Pero conociendo el paño y la tendencia, me temo que va a ser que no.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sociedad de la información

Ufanos nos sentimos al proclamar que estamos en la sociedad de la información, que tenemos al alcance de la mano cualquier dato que queramos, y que todo en el mundo es codificado y almacenado. Como si eso nos hiciera más sabios y más seguros, más dominantes. Y sucede más bien al contrario, que la avalancha de información y datos es tal, que nos ha sepultado y amenaza con asfixiarnos. Eso si no hemos muerto ya y esto no es más que una especie de purgatorio. O infierno.

martes, 16 de noviembre de 2010

La verdad


208. La verdad

¿Cómo podría ser ella para nosotros ese último resto de la extrema decadencia de la alétheia (idea) platónica?, la validez de correcciones en sí como ideal, la máxima de todas las indiferencias e impotencias?

Verdad es, en tanto evento de lo verdadero, el quiebre abismal, en el que el ente llega a la desaveniencia y tiene que estar en la contienda. 

Pero verdad tampoco es para nosotros lo sujetado, ese sospechoso descendiente de las valideces en sí. Aunque tampoco es lo meramente contrario, el grosero fluir y permanecer disponible de todas las opiniones. Es el centro abismal, que se estremece al paso del dios y de este modo es el fundamento resistente para la fundación del ser-ahícreativo. 

Verdad es la gran despreciadora de todo "verdadero", pues éste olvida de inmediato la verdad, el seguro atizamiento de la simplicidad de lo único en tanto respectivamente esencial.

Martin Heidegger
Aportes a la filosofía . Acerca del evento.

lunes, 15 de noviembre de 2010

A cámara lenta

Todos hemos experimentado la variable viscosidad del transcurrir temporal. Hay momentos en que el tiempo se dilata, y los minutos pasan con pasmosa lentitud. Y viceversa, cuando se nos pasan las horas como si fueran minutos. A otro nivel, pero muy relacionado, está la forma en que contemplamos y vivenciamos algunos acontecimientos. Suelen ser momentos que reclaman toda nuestra atención, que se centra en todos los detalles, penetrando más allá del habitual trato tangencial con las cosas. Es entonces cuando las cosas adquieren una cualidad extraña y transcurren ralentizadas, como en cámara lenta. Suelen ser segundos, pero quedan en la memoria grabadas a fuego.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El tsunami sónico de Matt Elliott

Hace cosa de año y medio tuve la oportunidad de ver a este tipo en directo. Era una sala pequñea, ideada para conferencias, con un aforo que apenas llegaba a las 200 personas.Fue toda una experiencia. Una orgía de sonido ensordecedora que todavía resuena en los canales smicirculares de mis oídos, que todavía estimula mis nervios auditivos.
MATT ELIOTT Tourcoing,FR 12 fev. 2009
Cargado por chudaboy_dailymotion. - Explorar otros videos musicales.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El exorcista y yo

Otro de mis recuerdos cinematográficos es el de la primera vez que vi El Exorcista. Tenía no más de trece años, y me fascinaba el género del terror. Esa película en concreto tenía aura y leyenda, incluso a nivel familiar (mi madre cuenta cuando tiene la oportunidad la impresión que le causó y las noches que no le dejó irse a dormir con tranquilidad). Una amiga me pasó una cinta VHS grabada de la televisión, y cuando llegó el momento me dispuse a disfrutar de su visionado. Me decepcionó, al menos como película de terror. Estaba bien hecha y la historia no estaba mal. Y sí, era algo que debería asustar y mantenerte con el vello erizado. Pero a mí me hizo reír. 
Más adelante la volví a ver, ya sin la risa floja y la tontería de la pubertad, y me dejó bastante frío. Es algo que me extraña, en vista del impacto que tuvo y tiene entre el personal, y de lo mucho que me gusta el género. Menos mal que otras películas consideradas clásicos sí que me gustaron e impactaron, porque si no ya empezaría a dudar de mi sensibilidad para estas cosas. ¿O sí?

viernes, 12 de noviembre de 2010

And the winner is...

Hay algo obsceno en recibir premios. En que otros piensen que eres idóneo u óptimo (hablamos de premios, pero en realidad vale para casi todo en la vida). Tal vez más obsceno todavía sea presentarse a ellos. 

jueves, 11 de noviembre de 2010

La vall de Sóller

Aunque la imagen de Mallorca que ha triunfado y que se ha explotado de forma intensiva es la de la playa, los paisajes isleños que uno más ama son los de montaña. La Serra de Tramuntana, con sus modestas alturas (si las comparamos con otras, aunque están muy bien para el tamaño de la isla), esconde algunos de los rincones más hermosos de nuestra geografía. Uno de ellos es el valle de Sóller, situado más o menos a la mitad de la sierra, tras los muros de la Serra d'Alfàbia (fácilmente reconocibles por albergar en sus cimas el repetidor de televisión y radio). Constituye una especie de isla dentro de la isla, ya que la orografía dificultó durante siglos la comunicación con el resto del territorio, tanto que hace cien años se hizo un tren que atravesaba las montañas y ponía un poco más fácil el acceso (tren que se mantiene hoy en día tal y como era entonces). Hace apenas dos décadas, se hizo un túnel para la carretera, permitiendo que los sollerics y el resto de mallorquines pudieran visitarse sin tener que usar el mítico y temido Coll de Sóller (la tortuosa y complicada carretera que durante años era el único vínculo entre el valle y el resto de la isla).

Al estar embutido entre las montañas, el paisaje del valle es soberbio, y sirve de arranque para muchas excursiones por el monte, en las que se puede disfrutar de bellos rincones y vistas. Y si no, se puede uno dar una vuelta por el pueblo, con sus edificios modernistas, su calle de la luna, su iglesia. O coger el tranvía y acercarse al puerto. O ir a las vecinas poblaciones de Biniaraix y Fornalutx, también en el valle, pequeños pueblos de montaña con sus casas de piedra y callejas llenas de encanto. 

Aunque lo ideal es acercarse en mayo, cuando se celebra el Firó, fiesta en la que se recuerda la invasión sarracena  de 1561 y la feroz resistencia del pueblo. Las calles se llenan de moros y pagesos, de trabucos que se disparan en todas partes, se recrean batallas y se riega todo con licor de hierbas. Toda una experiencia en la que conviene no llevar sombrero (acaban destrozados a trabucazos) ni ir demasiado bien vestido, ya que todo el mundo acaba pringado del betún que los "moros" llevan en la cara. Eso cuando no eres mujer y los sarracenos te raptan...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Colgador automático

Ahora, además de contestadores automáticos, hay llamadores automáticos. Te suena el teléfono, respondes, y tras unos instantes de silencio, te habla una voz enlatada que te ofrece algo. Si no resulta agradable dejar mensajes en los contestadores, que te llamen las máquinas es, directamente, iritante. Pero admito que una cosa buena sí tienen: les puedes colgar sin que te parezca una falta de educación.

martes, 9 de noviembre de 2010

Más sobre los negocios de la música

Prosigiuendo con el asunto discográfico, no sólo es que las tiendas hayan hecho en buena medida dejación de lo que se supone que es su labor. Las discográficas y los artistas también tienen su buena parte de culpa en los supuestos problemas. En primer lugar, se dedican a reeditar en bonitas cajas cosas que hace años que están en el mercado con la excusa de peregrinas mejoras tecnológicas (remasters, mono, estéreo...). Ciertamente, puede que a los coleccionistas y fans locos les encante, y también que sirva para revivificar cosas interesantes del pasado. No me parece mal en algunos casos, pero cuando se acaba convirtiendo en norma, la cosa cambia. Un caso especial son esas ediciones de coleccionista de discos de éxito que salen a posteriori (o sea, una vez han visto que la cosa puede vender), y que se reducen a lo mismo de antes, pero con una caja vistosa y alguna canción más (que a lo sumo será una remezcla, una demo, o una versión alternativa de otra).

Capítulo aparte están los que se dedican a regrabar sus grandes éxitos. Así parece material más nuevo, y como son versiones distintas, la gente pasa por caja. Eso cuando no lo hacen en plan sinfónico, lo cual ya es la repanocha. De nuevo, en algunos tiene gracia, pero en todos, cansa. 

Luego están los sobredimensionados (legión hoy en día): gentes que no aportan prácticamente nada que no sea una repetición de lo que se ha hecho toda la vida, pero que van crecidos (por ellos mismos o por toda la publicidad que se les pone detrás) y parece que son los más rompedores y vanguardistas. No se trata de que todos los grupos y artistas tengan que ser revolucionarios y cambiar los esquemas, pero que al menos no se lo crean. La tradición no está tan mal. 

Viendo este panorama (a todos nos vienen unos cuantos nombres en cada caso), a veces dan ganas de reír cuando se ponen estupendos con la cosa de las descargas "ilegales". Que hagan algo digno, y ya veremos si nos decidimos a comprarles su disco. Que esa es otra, quieren hacernos creer que cada disco que nos bajamos es un disco que no compramos (hasta parece que ellos se lo creen).

lunes, 8 de noviembre de 2010

Menos (y peores) tiendas de discos

De unos años acá, el número de tiendas de discos ha ido disminuyendo de forma alarmante. Incluso la sección dedicada a ellos en las grandes superfícies se ha reducido. Se le echa la culpa a la cosa de las descargas de Internet y a la piratería. Y en gran medida debe serlo. Pero no debemos perder de vista el hecho de que de todas las tiendas de discos que había y que quedan, tan sólo unas pocas pueden llamarse así.

Y es que no se puede tener un mostrador de "novedades" en el que aparezcan CDs que llevan más de dos años en circulación. Ni preguntar y que no sepan nada. Ni dedicar cada vez más espacio a muñequitos, chapas, camisetas y demás parafernalia accesoria del mundo musical. Eso, y luego acusar a los clientes que dejan de acudir a sus establecimientos sin ninguna clase de autocrítica. Sabemos que Internet ha dado un vuelco en la relación que tenemos con lo audiovisual, es cierto. Pero ellos tampoco han hecho nada por mejorarlo.

sábado, 6 de noviembre de 2010

A mí también me marcaron los Goonies

Permítanme hoy un pequeño ejercicio de nostalgia. Resulta que se cumplen 25 años de los Goonies, película que marcó a muchos de los que ahora andamos en la treintena. Nos pilló en la media infancia, cerca de los diez años, en ese momento en que se es muy receptivo para las aventuras y la fantasía. Y claro, la historia de un grupo de niños/jóvenes en busca de un fantástico tesoro pirata mientras huyen de la persecución de la mafia lo tenía todo para encandilarnos a muchos.


Aún recuerdo la primera vez que la vi. Fue en el colegio, en cuarto de EGB. El profesor, Maximiliano, nos llevaba a veces en las clases de la tarde a ver películas que alquilaba (ahora intuyo que en realidad quería escaquearse de dar la clase, y esa era la excusa). La sala de video era un sitio lúgubre. Situada en la parte más vieja del edificio (el colegio tenía cerca de cien años), se accedía a ella por pasillos estrechos, mal iluminados y de techo bajo. La sala no era de lo más grande, en algún tiempo fue una especie de capillita, ya que no tenía ventanas y había una hornacina en la pared, lugar que ocupaban el televisor y el video. El camino y la sala en sí nos impresionaban un poco, predisponiéndonos emocionalmente a las películas que nos ponía el profesor (allí mismo vi los Cazafantasmas, Grease, Top secret...). Era una especie de ruta iniciática hacia el cine, ya que se trata de las primeras películas que recuerdo haber visto con plena conciencia, estando atento y enterándome de (casi) todo. 

No fue la última vez que vi la película. Hice que mis padres la alquilaran, y cuando la dieron por televisión, la grabé y la revisité siempre que tenía ocasión, como hacen los niños, que son capaces de visionar infinitas veces su cinta favorita. Mis compañeros y yo nos lanzamos a inventar mapas y a buscar tesoros, e incluso creamos un "club goonies", con carnet y todo, e incluso teníamos nuestra chica favorita de entre el grupo de protagonistas (en una edad en la que las chicas aún nos quedaban algo lejos). No fue mala época, la recuerdo ahora con una sonrisa, desde la distancia de los años que han pasado. 

Ahora hace mucho que no he vuelto a ver los Goonies, muchos años. Pero aún recuerdo muchos detalles, y también la trama(cosa que no puedo decir de otras películas que he visto más recientemente). Y aunque haga demasiado, a veces todavía me descubro imitando a Sloth cuando como chocolate: ¡Chocolateeee!

viernes, 5 de noviembre de 2010

Patriotismo desteñido

Hace una eternidad, cuando se empezaba a vislumbrar que la selección española de fútbol podía hacer algo en el mundial, los balcones del país se engalanaron de banderas en un supuesto alarde de patriotismo y orgullo nacional por las gestas de su equipo. Al menos eso era lo que muchos decían y de lo que muchos se ufanaban. Fue algo sorprendente que pilló con el paso cambiado a muchos. Yo, bastante indiferente a lo que unos deportistas pudieran hacer, veía todo con escepticismo, y tuve alguna bronca por poner en duda todo aquello. Ahora resultaba que ser patriota era colgar una bandera del balcón y jalear a unos señores en calzón corto dándole patadas a un balón.  Al final, la cosa ya parece prehistoria, y muchos de esos patriotas recogieron sus enseñas. Y los que no lo hicieron, los más patriotas, dejaron que el tórrido verano pasara por encima de sus enseñas, destiñéndolas, dejándolas más de acuerdo con la realidad del país. Y más acordes con su patriotismo. Un patriotismo desteñido, tristón, cutre, cochambroso. Muy español, en resumen.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Coche y/o bicicleta

Un signo más de la dinámica esquizoide de nuestra sociedad y por ende de nuestros gobernantes: mientras unas administraciones nos animan y espolean a usar el transporte público y la bicicleta, otras consideran que la venta de coches es importante para la economía, y ponen en marcha medidas para que se incremente. No son entidades rivales que luchen por nuestra aceptación y/o consentimiento, son administraciones distintas, pero todas estado, todas gobierno, aunque a veces pongan velas a Dios y al Diablo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Retrovisor nocturno

No me gusta conducir por la noche fuera de la ciudad. No por miedo a la carretera y a lo que tengo por delante. Al contrario. Lo que me inquieta es la total oscuridad que se ve por el retrovisor. Al final el recorrido se transforma  de un "ir a" a un "huir de".

martes, 2 de noviembre de 2010

La incurable enfermedad

A veces aún acudes al primer plano de mi mente. Cualquier estupidez lo puede lograr, no hay norma. He llegado a comprender que va a ser así siempre, que no hay remedio y es inútil luchar. Como esas enfermedades que no desaparecen hasta que te mueres, con las que hay que convivir. Con la salvedad de que para esto no hay pastillas.