miércoles, 29 de diciembre de 2010

(En) La frontera

En la frontera no hay interior ni exterior, propio o impropio. Vivimos en ella, somos ella. La frontera separa y une al mismo tiempo, facilita la orientación, pero ella misma no está orientada.  En la frontera, no hay salida, tan sólo la necesidad de pertenencia, escindida entre dos lados que le dan su ser y al mismo tiempo la amenazan. Angustia ser frontera, quisiéramos ser realidad plena, pero nos desgarraría. También estamos en el desgarro en el limes. No hay huida posible: el desgarro fronterizo aparecerá de una u otra forma. No le haremos frente jamás, tampoco podemos darle la espalda, aunque buena parte de nuestros esfuerrzos se dirijan en una u otra dirección. No es una cuestión espacial. El lugar de la frontera no es un lugar, es previo a cualquier clase de espacialidad. No hay cruce posible.

3 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Aprovechando que se pone usted fronterizo, ahora mismo no sé si es exactamente lo mismo 'frontera' que 'tierra de nadie', y creo que es lo segundo lo que muestra su imagen escogida, la zona que separa a las dos Coreas. Mi duda es si en toda frontera hay una 'tierra de nadie', o simplemente se da una continuidad sólo obstruida por una leve separación. Entre las dos Coreas, que siguen estando en guerra, se da esa tierra de nadie, y creo que entre España y Marruecos, en Melilla, también hay, pero hace mucho tiempo que no atravieso una frontera (lo bueno de los aviones es que te las saltas olímpicamente) y ya no conozco sus características.

El Pez Martillo dijo...

Pues no sé si son lo mismo, pero diría que la tierra de nadie hace las fronteras más tajantes, no sé si me explico. En realidad supongo que la tierra de nadie, en lugar de ser una línea divisoria es una franja divisoria, y crea la sensación de mayor separación entre los dos lados (que ya no serían tan "vecinos").

Desconozco todas y cada una de las fronteras, pero creo que la de EEUU y México, esa valla que sale en los telediarios es sólo eso, una valla, y que no hay tierra de nadie (por contra, la franja fronteriza en el Berlín dividido alcanzaba cientos de metros en algunos puntos).

PENSADORA dijo...

La cuestión es ¿de qué hablamos: fronteras geográficas o políticas?, porque las hay de varios tipos y dependiendo del tipo, puede existir esa tierra de nadie o no.

Desbarro compañeros, desbarro.

Salud!