martes, 28 de mayo de 2019

Mesías

Recoge Nietzsche la vieja leyenda según la cual al morir Buda, su sombra se siguió viendo en una cueva durante siglos. La imagen la usa para advertirnos de que si bien Dios ha muerto, de alguna manera sigue pululando algo suyo por ahí. Vale también la imagen de las estrellas ya extinguidas que seguimos viendo debido a que son tan lejanas que su luz aún nos sigue llegando. 

Puede que en algunos niveles haya quien se haga la ilusión de haberse liberado, de que las divinidades y toda su cohorte de prodigios, fuerzas y poder son cosas del pasado ya superadas. Que se erijan como adalides de una nueva humanidad libre. Pero en alguna región seguimos sintiendo la orfndad. Quizás nunca se deje de sentir y siempre haya estado ahí siempre. Puede que hay sido el impulso que nos haya llevado a creer en dioses. Pero lo que Nietzsche pone sobre la mesa es que el tiempo de los dioses ha pasado, que ya no nos bastan para cubrir ese vacío, que ahora se abre en todo su pavoroso esplendor. Vacío. Nada. Ese es el panorama. Hasta el momento se ha intentado tapar el hueco con ficciones que han funcionado, pero que también han puesto en marcha dinámicas que han conducido al desvelamiento. No parece ser el momento de crearnos un nuevo Dios (no hemos sido capaces de generar ninguno nuevo durante siglos), pero hay cierto impulso hacia ello. Se buscan sucedáneos que no están a la altura. Como tapar la luz del sol con la yema del pulgar, se pretende cubrir esa nada con un tapón de corcho. 

Nietzsche ya advirtió que la ciencia o la política (todos los -ismos que ya surgían en su época, y los que habrían de surgir) eran sucedáneos de este tipo, y que muchos irían surgiendo. Es llamativo cómo se comporta mucha gente, que pareciera que están esperando al Mesías que les llevará al paraíso terrenal. Se ve en la devoción que se manifesta a algunos partidos políticos, a los equipos de fútbol y sus líderes, a tipos populares e incluso a personajes de ficción. Hay mucho vacío que busca ser rellenado, y ya no tenemos ni dioses para rellenarlos, que al menos tenían una grandeza de la que se carece. 

Tal vez sería mejor no dejarse llevar y convivir con la nada, jugar con ella. Morar los desiertos y los abismos de los subsuelos. Deshacernos (violentamente, si hace falta) de todo impulso que nos conduzca a seguir y adorar a alguien como guía. Es la enseñanz de Zaratustra, que se pasa todo el libro apremiando a los discípulos que le van surgiendo para que le abandonen, y al final siempre acaba siendo él el que los rehúye y los deja a su suerte. Y por supuesto, si hay que huir de los mesías que nosotros mismos nos creamos, en mayor medida hay que huir de quienes se nos presenten como tales. 

No. Ya no hay nadie a quien seguir. El horizonte está abierto y la perspectivas son mucho mayores. ¿Y qué hago yo aquí hablando de Nietzsche y su Zaratustra? 

domingo, 26 de mayo de 2019

León Benavente. Como la piedra que flota

León Benavente están de vuelta. Tras dos celebrados LP y algún EP, anuncian su tercer disco y de él sacan este nuevo tema, en el que se reconoce su estilo, pero que tampoco lo es del todo. Hay algo de evolución, pero lo esencial se mantiene: una poética muy suya y reconocible en las letras de Abraham Boba, y un sonido contundente que anticipa un potente directo (que lo es). Y además, cuenta con la colaboración de María Arnal, que enriquece el tema con su voz. 


viernes, 24 de mayo de 2019

Antenas

Antenas que otean el horizonte en busca de ondas que poder descifrar y que escondan alguna clase de mensaje. Al mismo tiempo hay emisión, en busca de otras antenas que puedan escuchar de forma adecuada. 

Pero al final, es más cuestión de software, de la capacidad de emitir y de recibir, que de hardware. La antena por sí no hace nada si detrás no hay una labor codificadora y decodificadora. Ahí está la tarea. 

martes, 21 de mayo de 2019

Destripado

Veo algunas series. No demasiadas. En general prefiero el cine. A veces me dejo llevar por la moda y me pongo alguna de las que más triunfan y están en boca de todo el mundo. Siempre y cuando entren dentro de mis gustos (géneros, temáticas...), no porque sean de éxito. En ningún caso evito los datos sobre lo que va a ocurrir. No me importa que me destripen los acontecimientos. Es más, incluso los busco, más que nada por ahorrarme verlas si veo que no me van a gustar y así ahorrar algo de tiempo, que va escaso y es valioso, y no conviene perderlo con cualquier cosa que nos pongan delante. Ya desperdicié bastante haciendo una tesis. 

Por lo demás, son sólo series, y no pasa nada. ¿O es que acaso no sabíais que el Titanic acababa hundiéndose?

lunes, 20 de mayo de 2019

Modas al volante

El comportamiento humano está sometido a modas. Sospecho que hasta un grado difícil de concebir (la historia misma podría surgir de ahí). Incluso en lo delictivo y erróneo hay modas. En concreto, al conducir. Cuando vamos al volante  estamos más vigilantes de lo que hacen los demás, y nos percatamos de más conductas de estas. Más allá de las infracciones francas, hay multitud de pequeños vicios que acaban molestando, y ahí he visto alguna modas. Por ejemplo, hace un tiempo se veía mucha gente que antes de hacer un giro se abrían hacia el otro lado, llegando a invadir carriles (en el mismo sentido o en el otro) y dando algún susto. Eso no lo veo mucho últimamente. Lo que de un tiempo a esta parte noto es la costumbre de dejar espacios excesivos an los semáforos. No una distancia mínima, sino huecos entre coches en los que habría al menos otro vehículo. Me llama la atención, porque ante se veia tanto (incluso era al revés, la gente se pegaba ). 

No obstante, hay hechos que están más allá de las modas, que son algo así como eterno. Lo mismo ocurre en estas costumbres, digamos, molestas. Y al volante también. Está lo de los intermitentes, que no se ponen ni por orden del médico.  

sábado, 18 de mayo de 2019

Sequía

A veces ocurre que te secas, aunque el agua no falta. No brota ni riega, corre bajo la superficie, aislada de las regiones donde puede alimentar. En cualquier momento puede aflorar, mientras tanto acumula energía y presión. Sólo cabe esperar que cuando rompa no genere grandes destrozos.