miércoles, 25 de julio de 2012

Princesitas

Cuando oigo a una mujer el tópico ese de "a mí me gusta que me traten como a una reina/princesa", tiemblo. Lo que quiere es un siervo.

martes, 24 de julio de 2012

Mirando las estrellas

Cuenta la anécdota que Tales iba paseando por la noche, absorto, mirando el cielo estrellado y cayó en un hoyo. Una anciana que pasaba por ahí se rió y le dijo que él que era tan listo y estaba tan pendiente de las cosas del cielo, no había podido ver lo que había en el suelo. Algo parecido se intuye que les ocurre a nuestros gobernantes y administradores, que de tanto dato macro y microeconómico (últimamente todo lo político gira en torno a la economía), pierden de vista la realidad. Los árboles no les dejan ver el bosque. Y que lo económico es algo que no está precisamente en la economía,  eso también se intuye. Finalmente, y lo diré una vez más, que ojalá el problema sólo fuera económico (que en el fondo no es más que un último eslabón de una cadena que viene de muy lejos).

El problema de todo esto, es que en su caída en el hoyo, vamos también nosotros.

lunes, 23 de julio de 2012

Valorando el trabajo (o el funcionario del mes)

Voy a confesarlo: soy funcionario. Y desde esta posición se entera uno de muchas cosas, las suficientes para reconocer qué tanto por ciento de lo que se dice por ahí es cierto y qué es mentira (si es un simple tópico o algo malintencionado, habría que discutirlo). De un tiempo a esta parte se oye la matraca de la productividad, de evaluar el trabajo de los funcionarios, de aumentar el rendimiento, de incentivar a quién más y mejor trabaje. Si así quieren hacerlo (que no me parece mal, oiga), podrían empezar desde ya mismo y no hacerle la cama a determinados servicios que han levantado sus trabajadores (funcionarios, sí), arrancándolo casi desde cero, yendo a buscar apoyos en los despachos, currándoselo y echándole más horas de las que les han reconocido. Y ahora, cuando mejor funcionaba, van y quieren cerrarlo. Y no cerrándolo sin más (y lo tienen fácil, con la excusa del "no hay dinero"), sino endureciendo condiciones y haciendo que trabajar ahí sea imposible, con lo cual están logrando que la gente se vaya y quede desierto (claro, así nadie podrá culpar al digitado de turno, sino a los vagos funcionarios que no quieren rendir). 

Sí, hay que valorar y premiar a quien mas y mejor trabaja. Pero no esperen a elaborar planes estratégicos y comisiones de estudio del asunto. Simplemente, dejen de castigar a quien ha hecho bien su trabajo, desmotivando y provocando la abulia (porque esa es otra, ¿cuántos excelentes trabajadores, que entraron con empuje y ganas, al ver el panorama se han ido quemando?). Uno quiere pensar que la cosa ha de ir por ahí, aprovechando entusiasmos y empujes. Pero sospecho que al final, la cosa se torcerá (si es que no empieza viciada). 

Las buenas ideas, por sí solas, no bastan. Hay que saberlas (y querer) llevar a cabo.

domingo, 22 de julio de 2012

Agenda: guns 'n' roses

Hace tiempo que no doy detalles de mi agenda de conciertos. No porque no vaya, al contrario (este verano está resultando muy prolífico), sino por esa pereza que desde hace tiempo invade mi faceta bloguera. Pero como me apetece reactivar algo este mi espacio, y la cita de hoy es importante, pues allá voy. 

En Mallorca tenemos asumido que por la condición de isla, nunca recalarán por aquí las grandes giras de las grandes figuras internacionales. No tanto porque nadie vaya a ir a verles (además de los locales, hay multitud de turistas para los que un concierto de alguien de renombre puede ser un buen aliciente en su viaje), sino por la dificultad de que todo el material que acarrean estos montajes. A lo más que hemos aspirado es a los que no traen grandes parafernalias (Leonard Cohen, Elton John o Deep Purple). Pero hoy nos cae uno de gordo, como nunca se ha visto por aquí, al menos por el montaje que traen: Guns 'n' roses. Sí, ya sé que de la formación "mítica", la de sus buenos tiempos, sólo queda Axl Rose, que además está cascadete (los excesos y la edad no perdonan). Pero se viene con 22 tráilers y un escenario que han estado montando durante un par de días. Y eso, a parte de poder decir que se ha estado en un concierto de esta gente (aunque sea en buena parte un sucedáneo decadente), conviene apoyarlo, más que nada para que les salga rentable a los organizadores y no se achanten a la hora de traer alguna figura de las de verdad.

sábado, 21 de julio de 2012

Antiautocomplacencia

Lo malo de detestar la autocomplacencia es que acabas viéndolo todo en clave autocomplaciente. Por todo aparecen síntomas de que la gente se gusta cuando hacen lo que hacen (entiéndase el matiz de la autocomplacencia, no es que nos guste hacer las cosas, sino que nos sentimos estupendos y nos gustamos en ello). El riesgo es que al final acabes autocomplacido de tu antiautocomplacencia, lo cual es señal de que aún debes ir más allá. Porque el antiautocomplaciente debe destestarse a sí mismo para no caer en ello. Sólo ahí hay un motor.

jueves, 19 de julio de 2012

Caer con estilo

Como vivimos en una sociedad cada vez más mediatizada por la imagen, en la que todo ha de ser un buen espectáculo, y como todo tiene la pinta de que algunos han decidido nuestra caída, será cuestión de dar buena imagen y que sepamos caer con gracia. Y eso podemos hacerlo de dos formas: haciendo una pirueta final, quedar de pie y saludar al respetable, cual gimnasta. O bien intentando arrastrar en la medida de lo posible a quien haya decidido tirarnos. Como esto último no lo sabemos (ni si es así ni, de serlo, quién está detrás, aunque tengamos nuestras sospechas), mejor disparar antes de preguntar. Y salpicar con nuestra sangre a cuantos más mejor si es que no podemos acometer la pirueta final

La cuestión es dar un buen espectáculo y que sea el nuestro, no el de otros.

miércoles, 18 de julio de 2012

Mis medidas de tiempo

Más allá de las medidas oficiales del tiempo (en horas, minutos, estaciones...), cada uno tenemos nuestro propio calendario, nuestra personal manera de insertarnos en el río cronológico. En mi caso, cuando estudiaba (ahora aún queda un cierto rudimento administrativo que me obliga a ello), el tiempo se medía en cursos, los años empezaban en septiembre (en octubre cuando fui a la universidad) y terminaban en junio, con una tierra de nadie veraniega, una especie de tregua temporal en la que todo quedaba como en suspenso y sin dirección (vacación viene de vacar, de ir sin rumbo, a diferencia del resto del año, en que tenemos unos objetivos que cumplir). Ahora que los años se van acumulando a la espalda (y puede que ya tenga más detrás que delante), el ciclo se ha cerrado, ya no hay interfases (ya ni las vacaciones lo son, debido a que el trabajo y sus esclavitudes han pasado a un segundo plano y ya no me marcan tanto), y puede decirse que el año se divide en dos fases: una de ascenso y otra de ocaso. Las dos tienen que ver con lo solar: una es el tiempo que la luz va ganado terreno, y la otra es la que lo pierde. Y como soy poco solar, siempre me he sentido más a gusto cuando hay menos horas de sol, por lo que voy al contrario que él: si se debilita, yo me vengo arriba. 

Pues bien, en el día de ayer percibí en la tonalidad de los rayos de sol, en las sombras algo más alargadas del mediodía, en algún pequeño y sutil cambio en mis estados de ánimo, que el sol ha empezado a decaer, que a partir de ahora los días se irán acortando y que el verano tiene los días contados. Empieza, pues, otro de mis ascensos.

jueves, 12 de julio de 2012

En el túnel

En estos instantes, cuando destella algo de luz en medio de la oscuridad en que nos hallamos sumidos, sólo sirve para que, por contraste, veamos más negro todo lo demás. Hará falta mucha luz. Tanta que cuesta imaginar quién y cómo se va a lograr. 

martes, 10 de julio de 2012

Manifiesto

Leyendo sobre Kafka el otro día, descubrí que uno de sus estudiosos le calificó de "anarquista metafísico". Me sonó tan bien, que me enrolé en las filas de tan sonora y redonda etiqueta. Me declaro anarquista metafísico. Sea lo que sea. 

sábado, 7 de julio de 2012

Haciendo la revolución

La última gilipollez revolucionaria es ir a trabajar vestido de negro. Como a determinados grupos les tocan más de cerca algunas medidas gubernamentales, para demostrar su disconformidad, van y se ponen de luto. Y luego se comentan los modelitos, se hacen fotos y las cuelgan en las redes sociales de turno: mirad que chulos somos que protestamos, nos implicamos y ayudamos a cambiar las cosas. 

Mientras tanto, en algún despacho hay alguien que debe estar pegándose unas buenas risas.

De un tiempo a esta parte, uno de mis mottos es que nos merecemos todo lo que nos pase. Pues suma y sigue.

viernes, 6 de julio de 2012

El buscador de oro

Vivir en uno mismo, sea eso lo que sea, royéndose, excavándose, rumiando, digiriéndose. A simple vista, parecería egoísta, ya que se crea el espejismo de que se vive para uno y que todo ha de pasar por y para uno. Ciertamente algo de eso hay. Pero también, y esto es fundamental, no deja de ser uno un mero instrumento a través del cual pasar todo el flujo de lo propio y lo ajeno, como esos buscadores de oro, infatigables, avejentados, batea en mano, removiendo la orilla en busca de míseras pepitas de oro, partículas de valor en medio del detritus que es la vida.