domingo, 30 de abril de 2006

Yer Blues



Menuda reunión: Eric Clapton, Keith Richards (de los Rolling Stones), Mitch Michell (de la banda de Jimi Hendrix) y John Lennon (Yoko Ono también está, pero podemos ignorarla), tocando una canción de los Beatles (personalmente, una de las mejores). Impresionante.

sábado, 29 de abril de 2006

A mi manera

Reflexión nocturna y alcohólica (después de ocho horas de congreso, conferencia tras conferencia) de mi amigo Donatien:

¿Los que hacen las cosas a su manera son amanerados?



Sid Vicious. My way.

miércoles, 26 de abril de 2006

Cuestiones de género


A menudo, para provocar y picotear un poco en las conciencias de los demás, me gusta incluirme dentro del colectivo de las enfermeras. Lo digo así, tal cual, en femenino. "Nosotras las enfermeras". Y a menudo, cuando lo digo, incluso aunque se lo diga a una mujer, se extrañan y llegan a reirse de mi. Hay quien se cree que me estoy riendo de él (o de ella, ya que la mayor parte de las reacciones vienen desde el sector femenino, curiosamente). Y en realidad no dejo de decirlo con cierta ironía. Pero la ironía no es hacia esa gente, sino hacia los usos del lenguaje y ciertas costumbres y conceptualizaciones de la sociedad.

Si profesiones tradicionalmente masculinas han mantenido su nombre masculino a pesar de ser ejercidas por mujeres (soldado, piloto, y muchas más), e incluso cuando existe una forma femenina se prefiere acudir al género neutro o a mentener la escritura masculina (la juez, por poner sólo un ejemplo), creo que no debería de haber ningún problema en que una profesión tradicionalmente femenina se siga denominando de forma femenina. A pesar de la ironía con la que lo uso, me parece una cuestión de justicia y reconocimiento. Porque tendemos a cambiar del género femenino al masculino con más facilidad que a la inversa.

A lo mejor es porque el término enfermera, al terminar en -a hace más fácil el paso a enfermero. La cuestión es que para el singular, y para referirme a mi, sí que uso la forma masculina. Pero al césar lo que es del césar, y como estoy en una profesión de tradición femenina (y aún las mujeres siguen siendo mayoría, y parece que por mucho tiempo), me gusta tener ese reconocimiento y hablar del plural en femenino.

Tal vez algún día hable sobre mi visión de la mujer y del feminismo.

domingo, 23 de abril de 2006

Día del libro


Hoy es el día del libro. Es uno de esos días de fantasmagoría, como la Semana
Santa que acabamos de dejar atrás. De pronto, la gente se lanza a la calle a hacer lo que en ningún otro momento del año hace. A veces nos volvemos religiosos y vamos a las procesiones (¿cuántos penitentes pisan alguna iglesia el resto del año?), y otras nos convertimos en lectores y nos gastamos los dineros en libros (¿cuántos de los libros adquiridos serán leídos?). Es lo que tiene la sociedad de masas, que funciona a golpe de silbato (algunas veces, el silbato lo tocan las tradiciones, otras, la publicidad). Nos dicen que hoy es el día de comprar candelabros, y hala, todos a comprar candelabros, aunque no tengamos ninguna vela en casa que poner en ellos. Es igual. Al fin y al cabo, hoy hacen descuento (lo que esconde un 10% de descuento: que pagas un 90%).

En cualquier caso, me gusta el día del libro. Me encanta que el centro de la ciudad se llene de tenderetes con libros, en los que, además del 10% de descuento, te dan una rosa (propuse a una librera que me canjeara la rosa por un 5% adicional, pero no coló). Una rosa sin espinas, por supuesto. La gente se arremolina en torno a las mesas, hojeando, mirando los títulos, comprando. Las librerías se llenan (cuando el resto del año están casi vacías). A veces cuesta acercarse a la primera línea para ver un título que te ha interesado. Es, como ya he dicho, una fantasmagoría, pero una fantasmagoría bonita. A ver si sirve para que alguien lea más (con que sea sólo uno, ya basta). No me queda claro si se hace para estimular la lectura o para potenciar la industria editorial... Bueno, sí que creo que lo tengo claro. Va a ser que es lo segundo. Pero a uno le gusta creerse las mentiras ajenas y pensar que todo es por el bien de la cultura (sea lo que sea eso, que tampoco lo tengo claro).

De todos modos, este año ha sido un poco flojo, o eso me ha parecido. Ayer por la tarde salí a pasear entre los tendertes,a ver que se cocía
por ahói. Y no sé si es porque era sábado, o porque la tarde estaba un poco gris (incluso llegaron a caer algunas gotas), vi menos gente que otros años. Además, acercarse a ver los libros era un poco desolador, dada la escasa variedad de temas que hay. Copan las listas los libros sobre enigmas históricos, las controversias en torno a la república y la guerra civil (demasiada historia, cuidado con mirar demasiado hacia atrás, que nos podemos chocar con el futuro), y temas de autoayuda y zen. Eso sí, sobre estos temas, mucha variedad, podías elegir cualquier posición sobre ellos, pero sin salirte de ellos. Así nos creemos libres.

En fin, que viendo el panorama, me fui sin comprar nada, ni siquiera vi nada nuevo o que me apetezca leer, lo cual es raro en mi, ya que suelo comprarme algo el día del libro (por seguir la tradición). Tengo tanta lectura acumulada que no es cuestión de añadir más a la lista.

jueves, 20 de abril de 2006

Al olvido

He tomado una decisión en firme. Quiero olvidarla. Y al instante siguiente, tengo dudas. ¿Seré capaz?. ¿Tendré la suficiente fuerza de voluntad?. Ya veremos.

domingo, 16 de abril de 2006

Sospecha


Una ligera sospecha que me ronda de hace tiempo: pienso que la mayoría de gente que tiene y usa todoterrenos nunca se han salido del asfalto (basta ver lo impolutos que lucen algunos). ¿Para qué los quieren entonces?. Porque si es para ir al terrenito y circular por el campo, lo puedo entender. Pero no nos engañemos, las ciudades están llenas de ellos, y muchos de ellos sólo se mueven en la ciudad, así que otras razones deberá haber para la proliferación que estamos padeciendo (y tiene que ser razones lo suficientemente fuertes como para contrarrestar la pega del precio superior que estos vehículos tienen).

Es sólo una de mis paranoias. No me gustan nada los todoterrenos. Raro que es uno.

viernes, 14 de abril de 2006

Casualidades republicanas


Cosas del azar (o no):

Yo nací el día después de que se proclamara la primera república en España (un lejano ya 11 de Febrero de 1873). Mi mejor amigo nació el día que se proclamó la segunda (hoy se cumplen 75 años).
Sólo espero a que llegue la tercera para tener otro amigo (aunque tal vez ya lo conozca).

Así pues, mi interes republicano es puramente egoísta, va más allá de consideraciones políticas y de teoría de la democracia (que también). Sencillamente, quiero tener un amigo más.

Salud.

jueves, 13 de abril de 2006

Texas. Halo.



Ahí dejo un video de una muy buena canción de Texas. Lo que más me ha llamado la atención es el parecido que tiene con algunas escenas de la película "Chungking Express", de Wong Kar-Wai. Es más, intuyo que está directamente inspirado. Seguro que muchos no habréis visto la película, os la recomiendo.

miércoles, 12 de abril de 2006

Las modas de la información



Resulta llamativo el tratamiento que los medios hacen de las cosas. Hasta en la actualidad hay modas. Algunas son nuevas y otras son antiguas, nuevas versiones de modas ya pasadas. De pronto, en todas partes se habla de lo mismo con una insistencia apabullante. Parece que es lo único que ocurre. Y luego, tan rápido como vinieron, las noticias, tertulias o artículos se esfuman sin dejar rastro. Tal vez eso sea lo peor de todo, que no se pueden seguir las cosas que pasan (¿es eso posible?).

La cuestión que quiero plantear es cómo funcionan estas cosas de la información. ¿qué es lo que hace que ahora se hable de una cosa y luego se deje de hablar?. ¿Quién determina todo eso?. ¿O se trata más bien de tener al público impresionado?. ¿Cuántas "serias"amenazas hemos vivido ya?. ¿Cuántas noticias bomba, que luego resultan petardos?.¿Cuántas veces se ha curado ya el cáncer?.

Menuda parrafada me he npegado. Y todo por una pregunta que lleva varios días que me ronda por la cabeza:

¿Qué pasa con la gripe aviar? (hace un par de meses estaba a las puertas, el apocalipsis se acercaba, y ahora... nada).

viernes, 7 de abril de 2006

Feria

Panorámica de la Fira del Ram. En el lado izquierdo se puede apreciar el cementerio por detrás. En el lado derecho, entre los árboles de atrás se esconde el hospital psiquiátrico


Todos los años, por estas fechas, y durante un par de meses, se monta en Palma la Fira del Ram. Se trata de una feria con todo su surtido de atracciones (montañas rusas, coches de choque, tren de la bruja, laberinto y demás), tómbolas y puestos donde comer cualquier clase de materia grasa. Hasta aquí nada fuera de lo normal (de hecho, en todas partes se debe hacer algo parecido). Lo curioso viene cuando uno se pone a pensar en el lugar donde se celebra el evento.

Se trata de una parcela situada justo en frente del cementerio municipal y al lado del hospital psiquiátrico (si no fuera por la cosa de la corrección política habría que llamarlo manicomio, porque es de lo más parecido a aquellos manicomios del siglo XIX). Con sólo cruzar una calle se llega a ambos. Es algo que a los palmesanos nos hace cierta gracia, y que se ha comentado muchas veces, no sin cierta sorna. En cualquier caso es llamativo como muerte, diversión y locura pueden llegar a tocarse sin que haya muchos conflictos (aunque me consta que a algunos pacientes del psiquiátrico les molesta el ruido y las luces, pero de los inquilinos del camposanto no se conoce ninguna queja).

Para rematar, cuando la feria se demantela (allá por finales de abril o principios de mayo), en el mismo lugar se celebra una especie de sucedáneo de feria de abril (que para colmo, la mayoría de las veces se celebra en mayo).

Cosas de esta ciudad.

martes, 4 de abril de 2006

Terrores infantiles


Cuando era pequeño oí en la tele un comentario que me marcó. Se trataba de alguien que había sufrido alguna clase de ataque. Y de pronto alguien gritó que se había tragado la lengua. Y entonces todo el mundo se ponía a correr. Por lo visto, tragarse la lengua era algo muy malo.

Desde entonces sentía pavor a que a mi me ocurriera algo parecido. ¿Cómo podía alguien tragarse su propia lengua?. Incluso intenté realizar el movimiento (tirando la punta de la lengua hacia atrás). Era bastante incómodo y lo hacía con mucho cuidado, no fuera que me acabara tragando mi propia lengua.

Esa idea del tragarse la lengua me persiguió durante un tiempo, y tenía miedo de que me ocurriera mientras dormía (ese es uno de mis terrores, el morir durmiendo, no volverme a levantar). Parece una tontería, sobretodo ahora que sé qué es eso de tragarse la lengua (la obstrucción de las vías respiratorias por una pérdida de tono muscular, que provoca que la base de la lengua impida el paso del aire), y que es un problema relativamente fácil de solucionar y que es más bien secundario de otros asuntos más delicados (infartos de miocardio, cerebrales...). Pero cuando era niño no lo sabía, y la idea me angustió mucho durante una temporada.

Es curioso cómo de niño transformamos la realidad de las cosas, y sentimos terror ante simplezas. ¿No hacemos lo mismo de mayores?.

domingo, 2 de abril de 2006

Utilitarismo


Muchas veces me he tenido que enfrentar a la misma pregunta. Es clásica. Y más allá de la pregunta, sería interesante profundizar en el hecho de que a un mismo estímulo, mucha gente responde del mismo modo. Cuando digo que estudio filosofía, y que es uno de mis principales intereses, multitud de veces me han salido con lo mismo.

¿Y eso para qué sirve?

Como si todo tuviera que servir para algo. Vistas así, muchas de las cosas que hacemos a diario y que tenemos más que asumidas no las haríamos nunca, porque no tenemos muy claro para qué sirven. Es más, el para qué es una de esas preguntas pantanosas (lo mismo que el porqué, prima hermana del para qué) que una vez pronunciadas resultan imposibles de evitar. A todo se puede replicar un para qué, y muchas veces no sabríamos que contestar. Y si se responde, se puede seguir preguntando por un para qué hasta desembocar en el absurdo. Porque las preguntas acerca del para qué son uno de los peores caminos que puede emprender alguien. Porque muestras la tramoya de la realidad. Apuntan hacia un horizonte de vacío y nihilidad, que sea por lo que sea, nos empeñamos en ocultar de la vista construyendo inmensas moles de sentido.

sábado, 1 de abril de 2006

Tras la máscara


Últimamente me ha dado por reivindicar mi aspecto más romántico (en todos los sentidos). Y hay gente que se ríe si les digo que soy un romántico. Es curioso como te acostumbras a comportarte de una forma en determinados ambientes y con según que gente. Y lo peor es que acabas siendo rehén de lo que los demás piensan sobre ti (sobre lo que les has hecho pensar de ti).