martes, 20 de agosto de 2019

Persona, máscara, orden y caos

Sucede que nos acabamos adaptando tanto a los roles que desempeñamos, a las caretas que nos vamos poniendo en cada ambiente y situación, que llegamos a hacerlas tan nuestras que no sabemos comportarnos de otra forma, velando muchas otras máscaras, sobre todo la que usamos como la más íntima, a la que nos referimos como nuestro yo mismo, ese núcleo se supone más auténtico desde el que nos irradiamos al mundo. Pero insinúo que eso podría ser también máscara, no como un telón que esconde, sino como fruto de la ordenación de un caos, de una cosmética. Porque cosmética viene de cosmos, que etimológicamente es orden. Y su opuesto no es el caos, que en su origen es la abertura de la que todo emana. El caos es la condición de posibilidad del orden. 

Así pues, hay caos y luego podemos decir que somos algo. 

viernes, 9 de agosto de 2019

Hacia adelante

Acabamos de empezar el siglo. Pero ya hay gente que conocerá el próximo. Siglo XXII. Suena raro, quizá porque estuvimos demasiado fascinados con el simbólico 2000 y el XXI, que ya son pàsado y presente. Y porque, reconozcámoslo, nos es un futuro muy remoto al que ni nos vamos a acercar. Pero ya no todos. 

miércoles, 7 de agosto de 2019

Flâneurismo

Vagar sin rumbo. Pasear sin un objetivo concreto, dejando que los pasos te conduzcan sin dirigirlos. A veces acabas en callejones soliarios, huyendo de la masa. Pero otras desembocas en las rúas más bulliciosas, repletas de una marea que te engulle y te arrastra. Algunos días te gusta esa dilución. Pero otros te da por extraer algo de la indiferenciación. Entonces te dedicas a mirar a las personas a los ojos, al azar. Un anciano que avanza con su bastón, una joven cargada de bolsas, un bebé en su cochecito... Imaginas sus vidas, sus luchas y preocupaciones. Es posible que en algún caso se acierte. Tal vez sea un acto violento el de forzar -en mi mente- que esas personas, que han salido a la calle a mezclarse en el pulso y torrente de la ciudad, se destaquen y pasen a primer plano en mi pantalla. Tal vez no era eso lo que quería. Pero a veces alguien te devuelve la mirada, y de esas, algunas se produce un chispazo de complicidad, de reconocimiento. Hacen que el paseo valga la pena, son una pequeña e importante carga de energía. Y es que al fin y al cabo, aunque se busque una cierta inmersión, de lo que se trata es de mantenerse a flote, y esas gentes en definitiva son flotadores, rocas en las que tomar aire y descansar para proseguir la travesía. Es una cuestión de supervivencia. Aunque a veces haya riesgo de encallar. 

viernes, 2 de agosto de 2019

Impartiendo justicia

Parece que hay gente que cree que la justicia evita los crímenes, y que endureciendo las penas estos desaparecerán. Curiosa creencia. Milenios de pena de muerte en distinas formas y variantes no han impedido que siga habiendo asesinatos. Puede que haya echado a alguien atrás, y ya está bien, pero diría más bien que con castigar los delitos ya hay más que suficiente. Y más cuando nos encontramos con delitos en los que hay un componente irracional muy importante, movidos por pulsiones y fuerzas que nacen de profundidades oscuras 

Otro tema es si las penas que hay son adecuadas o no, pero eso es algo subjetivo para cada época y lugar, que considera unos delitos más graves y susceptibles de ser más castigados según su sensibilidad.