martes, 4 de abril de 2006

Terrores infantiles


Cuando era pequeño oí en la tele un comentario que me marcó. Se trataba de alguien que había sufrido alguna clase de ataque. Y de pronto alguien gritó que se había tragado la lengua. Y entonces todo el mundo se ponía a correr. Por lo visto, tragarse la lengua era algo muy malo.

Desde entonces sentía pavor a que a mi me ocurriera algo parecido. ¿Cómo podía alguien tragarse su propia lengua?. Incluso intenté realizar el movimiento (tirando la punta de la lengua hacia atrás). Era bastante incómodo y lo hacía con mucho cuidado, no fuera que me acabara tragando mi propia lengua.

Esa idea del tragarse la lengua me persiguió durante un tiempo, y tenía miedo de que me ocurriera mientras dormía (ese es uno de mis terrores, el morir durmiendo, no volverme a levantar). Parece una tontería, sobretodo ahora que sé qué es eso de tragarse la lengua (la obstrucción de las vías respiratorias por una pérdida de tono muscular, que provoca que la base de la lengua impida el paso del aire), y que es un problema relativamente fácil de solucionar y que es más bien secundario de otros asuntos más delicados (infartos de miocardio, cerebrales...). Pero cuando era niño no lo sabía, y la idea me angustió mucho durante una temporada.

Es curioso cómo de niño transformamos la realidad de las cosas, y sentimos terror ante simplezas. ¿No hacemos lo mismo de mayores?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios!!!! A mi me pasaba lo mismo!!Cuando era una enana lo ví en las noticias, y desde ese momento me entró el pánico, creía que me iba pasar a mi... Despierta no había problema, pero cuando dormía... Pues me mordía la punta de la lengua con los dientes, pa que no se me escapara!! Poco a poco, con el paso del tiempo, me fui olvidando de morder mi lengüita, pero sigo teniendo otras neurosis,como no!creo que es algo que se va forjando desde que somos unos niños.
Me gusta tu blog y tu forma de escribir.
Un biquiño.
Cristina

El Pez Martillo dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Esta es tu casa, pasa y ponte cómoda. Y no dudes en comentar lo que te apetezca.

Ciertamente, en la infancia nos pasan cosas que nos marcan mucho. Y de adultos nos esforzamos por no mostrar que algunas neuras nos siguen acompañando a pesar de los años y de lo absurdas que pueden llegar a ser (porque bien pensadas, son muy tontas). Y es por las noches, cuando bajamos la guardia y estamos a solas con nosotros mismos cuando salen a la luz.

Saludos.

Branch dijo...

Que curioso .. es la primera vez que escucho algo así...

Yo le tenía temor pero a perderme en la gran ciudaad,convertirme en vagabunda y no volver a ver a nadie de mi familia..

Cosas no?


Saludos!