Es difícil centrarse en estos tiempos. El ruido de fondo es tal, los estímulos tantos y tan variados, que dedicarse a fondo a hacer algo es una tarea titánica que requiere de grandes dosis de fuerza de voluntad. Fuerza que es minada por todas partes y que tarde o temprano flaquea. Algunos días afortunados puedes trabajar duro, pero hay jornadas en las que no sacas nada en claro. Esto genera frustración, la cual dificulta alcanzar la disposición de ánimo adecuada para desplazar a un lado toda la interferencia y centrarse. Se crea así un círculo vicioso o espiral descendente difícil pero no imposible de combatir. Sólo es cuestión de aprovechar los buenos días y remontar el vuelo.
1 comentario:
¡¡¡UUUUFFFF!!! que bien te entiendo!.
Ya dices bien, hay que aprovechar los días buenos para remontar e intentar mantener la concentración. Es difícil, yo aún no lo consigo pero seguiré intentando.
Un abrazo!
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