miércoles, 22 de agosto de 2007
Seres del vacío.
Los seres del vacío son como agujeros negros, absorben y pulverizan todo lo que cae en su órbita. Incapaces de saciarse, no pueden hacer otra cosa que buscar algo o alguien que los llene. Pero nunca llegan a un mínimo de confort, siempre hace falta más. Más sentimiento, más conocimiento, más gente, más de todo. Su vida puede convertirse en un errático ir de aquí para allá creyendo que en el próximo viaje, relación, salida, está la salvación, o encerrarse en la angustia y la tristeza del que sabe que nada va a satisfacerle, que haga lo que haga va a sentir el mordisco de la sensación de estar equivocado, de que aquello no es lo que le hacía falta. En el primer caso, pueden arrastrarte en su constante huida (que en el fondo no es más que eso) en busca de la definitiva serenidad. En el segundo, no hay serenidad posible, y la única salida es un cierto estatismo de la tristeza o, más probablemente, una espiral angustiosa que no puede conducir a otro lado más que al abismo más oscuro.
En tiempos de vacío, abundan estos seres, más los del primer tipo que los del segundo, porque seguimos aferrados a la idea de que hay algo que llenar, de que podemos alcanzar la plenitud. Pero no veo cómo, ni siquiera si vale la pena.
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1 comentario:
Tienen su cometido: la infelicidad contínua.
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