martes, 21 de agosto de 2007

Malas noticias


Llevaba un tiempo enfermo, sufirendo, y sabía que ese día iba a llegar, incluso se había preparado. Pero estas cosas siempre llegan por sorpresa, porque nunca vemos el momento de despedirnos.

Sucedió a primera hora, como él ya había supuesto. Sonó el despertador que le avisaba de que era el momento de levantarse para ir al colegio. Medio dormido, empezó a ponerse los calcetines que reposaban al pie de la cama. Era a mediados de enero, y el suelo estaba frío. Iba a ponerse en pie cuando sonó el teléfono. Su madre respondió e intercambió unas breves palabras. Mientras, él había empezado a calentarse la leche del desayuno. "Ha muerto", fue lo único que ella le dijo. Él siguió con sus cosas, destrozado pero sereno, incapaz de decir nada. En su cabeza, una canción de los Beatles sonaba sin parar, canción que desde entonces siempre le recuerda ese momento. No consiguió emitir ningún sonido hasta que todo el colegio supo la noticia, cuando alguien, observador, le preguntó que si él ya lo sabía de antes. Sí, lo había sabido antes que nadie. No en vano era su mejor amigo. Fue un día triste, y con el tiempo ha llegado a comprender que supuso un punto de inflexión en su vida.

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