sábado, 25 de agosto de 2007

Volver a empezar


Somos seres temporales, nuestro devenir y contante cambio hacen que podamos hablar de un antes y un después, que podamos marcarnos un pasado, un presente y un futuro, y que en cada momento seamos capaces de situarnos respecto a ellos. No obstante, y a pesar de esa "evolución" en nuestras vidas, estamos sometidos a los ciclos de la naturaleza, que marcan otras pautas temporales. Así, se puede hablar de varias clases de tiempos, que se pueden agrupar bajo los epígrafes de "naturales" y "vitales". Y como nuestras vidas se desarrollan encadenadas a lo que hemos dado en llamar naturaleza, los tiempos de la vida mantienen cierta correlación con ella. Así, sincronizamos nuestras actividades a las horas de luz u oscuridad según la necesidad, igual que los descansos y las épocas de mayor actividad están enraizadas en las estaciones calurosas y frías, respectivamente. De este modo, hay una cierta periodicidad en nuestras vidas, aunque en realidad las vivamos como algo continuo. Se podría resumir con la imagen de una espiral.

Para remarcar esta dicosciación entre los tiempos naturales y los vitales, señalaría el hecho de que el tiempo "oficial", el que todos hemos acordado, el de los calendarios, no coincide en sus fechas con los ciclos en nuestra actividad. Y así resulta que si bien el año empieza oficialmente en enero, toda la actividad humana se genera y empieza por estas fechas. Septiembre es un inicio vital. Se vuelve de las vacaciones, empiezan los cursos (el escolar, el político, el judicial...). El eje en torno al cual se mueve todo lo humano, al menos en esta zona geográfica, es agosto, que marca la bisagra del antes y el después en los ciclos vitales. Incluso llegamos a hablar de "el año pasado" queriendonos referir al pasado abril. Que luego el año cronológico empieza el primero de enero es pura anécdota, una excusa más para la fiesta, pero a efectos prácticos, vitales, no significa más que un simple cambio de número y de calendario.

Los días se acortan, las noches ya refrescan, el tiempo empeora poco a poco... La naturaleza nos da señales de que hay que volver a empezar otro ciclo en nuestras vidas.

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