jueves, 2 de agosto de 2007

Filósofos peculiares


A lo largo de la historia, los filósofos han acumulado un aura de seres extraños, despistados y perturbados. Gentes, en definitiva, poco recomendables. Al igual que el tópico del científico loco, la filosofía no se libra de tener sus tópicos, que suelen acudir a la pedantería y el enrevesamiento. Ciertamente, algo de eso hay, porque más allá de las doctrinas que profesaron (algunas de ellas auténticamente desquiciadas), existen numerosas anécdotas sobre sus rarezas y manías, así como muchos casos de angustia, desesperación y locura.

Ya desde el principio tenemos un relato significativo. El que en todos los libros de texto es puesto como el primer filósofo, Tales de Mileto, cayó en un pozo por ir mirando a las estrellas. Lo más seguro es que la historia sea falsa, y se trate más bien de una parábola para recordarnos que de tanto mirar lejos es posible que nos tropecemos con lo que tenemos cerca. En cualquier caso, no deja de resultar sintomático que la anécdota se atribuya a un filósofo.

Esto en lo que respecta al despiste, porque la locura es otro caso. El primer rasgo de trastorno mental lo podemos encontrar en Sócrates, que oía voces que él interpretaba como de origen divino y que le hacían quedarse en stand by durante largos períodos. Esto también les ocurría a los medievales, que tenían visiones, iluminaciones y chivatazos de naturaleza divina que los llevaría a la santidad en muchos casos (San Agustín, Santo Tomás, Ramon Llull, los místicos...), pero que la psiquiatría moderna estudia con gran interés. Pero tal vez el caso de loco más famoso de la filosofía es el de Nietzsche, que acabó sus días en la más completa demencia en un manicomio alemán, incapacitado para la reflexión y el autocuidado, dependiente de su madre y de su hermana. Wittgenstein tampoco se queda atrás, atormentado por su homosexualidad y con tendencias místicas y aislacionistas. Aunque el caso más grave y poco conocido es el de Althusser, que mató a su mujer en lo que los forenses calificaron como un ataque de locura.

Mención aparte merecen los "raritos" con Kant a la cabeza, del que se dice que era un hombre tan de costumbres que sus conciudadanos aprovechaban su paso para poner en hora los relojes. Schopenhauer con su misantropía y misoginia también es un buen ejemplar de tío raro. Y no hay que olvidar a Diógenes, del que hablé el otro día, que también es una buena pieza. Entre estos podríamos citar a los megalómanos, como Hegel o Nietzsche (como vemos, a veces los podemos meter en varias categorías).

Otra categoría es la de los desgraciados (a los que la vida no les trató lo que se dice bien) y atormentados: Nietzsche de nuevo (la verdad es que no me gustaría ponerme en su piel), Benjamin, Wittgenstein de nuevo...

Por supuesto, también han habido filósofos más o menos normales, bien integrados en la sociedad y poco conflictivos. La progresiva academización y profesionalización de la filosofía ha dado algunos personajes estándar, que se han dedicado a dar sus lecciones y a sus estudios. Suelen ser profesores respetables y se dedican a escribir ensayos. Aquí podríamos citar a los más o menos contemporáneos: Heidegger, Derrida, Baudrillard, Vattimo...

Y para terminar, podríamos citar a algunos tarambanas, mujeriegos y canallas: Sartre, Rousseau, de Descartes también se oyen rumores, al igual que de Heidegger. Aunque supongo que los respetables profesores de los que he hablado antes también deben tener algo de esto, puesto que el ámbito universitario en el que se mueven les da acceso a jovencitas fácilmente impresionables por la sabiduría de un profesor madurito (de hecho, Sartre y Heidegger supieron aprovechar bien estas circunstancia).

En fin, como se ve, muchos personajes hay en el mundo de la filosofía. Y seguro que me dejo algunos en el tintero, bien porque ahora mismo no me vengan a la cabeza o bien porque desconozco sus casos. En cualquier caso, el futuro está asegurado, porque podría dar algunos ejemplos de cada una de estas categorías entre los alumnos de filosofía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, vaya...
Así que podría dar algunos ejemplos con los alumnos, eh? Por el bien de éstos espero que no considere que haya ninguno en el cuarto lugar (el de los desgraciados)... y me gustaría saber a quién incluye en cada grupo, y también en cual se incluye usted...
Esta conversación queda pendiente...

El Pez Martillo dijo...

"No hago otra cosa que pensar en ti...
Nada me gusta más que hacer canciones,
pero hoy las musas han "pasao" de mí.
Andarán de vacaciones…"
(J. M. Serrat, No hago otra cosa que pensar en ti)

No sé porqué su encabezamiento ha traído a mi mente estos versos.

No se preocupe que esa conversación la tendremos, delante de un café, una cerveza o una buena cena, lo que usted prefiera. Intentaré hacerle una buena crónica de lo que se mueve por la facultad, aunque puede deducir algo, ya que conoce a algunos (aunque los más genuinos no los conoce).

Anónimo dijo...

ummm no lo se la verdad, solo me lo comentaron, pero no es que federico se volvio loco y todo eso por la sifilis? - bueno, y quien sabe si despues de todo igual ese era su destino.

saludos coordiales.

El Pez Martillo dijo...

Hola mona, es cierto lo de Nietzsche, una de las hipótesis más aceptadas sobre su enfermedad es la de la sífilis, pero eso no le quita ni un ápice a que fuera un filósofo loco (y que, en alguna medida, su filosofía tenga algo que ver con la locura, al menos es sus últimos escritos, "ecce homo" es de traca)