miércoles, 17 de junio de 2009

Mein Fahrrad


Déjenme que hoy, a falta de nada mejor que contar, le dedique la entrada al objeto que, hoy por hoy, más bienestar me produce. No se malpiensen, se trata de mi bicicleta, que me lleva y me trae por la bahía de Palma, a veces a favor del viento, y otras en contra, pero siempre sobre ruedas. La otra que tuve me dio algunos disgustos (una vez pinché en el punto más lejano al que suelo llegar, otra se le cayó un pedal en marcha...). Con esta invertí un poco más de dinero, y de momento funciona como una seda (dicho en buen mallorquín: va mel), tanto que a veces me sorprendo de las velocidades a las que puedo llegar (mi récord, en una pronunciada cuesta abajo, y pedaleando como un poseso, está en los 50 km/h, aunque de media debo estar en los veintipico) y lo cómodo que se va. En fin, quede constancia de mi amor por mis dos ruedas, y ya que últimamente estoy muy parafraseador de cantantes, hoy le toca el turno a Daniel Higiénico: "la quiero como a un hijo, como a un perro, como a un bar".

6 comentarios:

PENSADORA dijo...

Le cuento un secreto... ¡yo no sé ir en bici! y es un placer que lamento mucho perderme. Pero es que no hay manera, lo he intentado unas cuantas veces y ná de ná, que me dá miedo oiga. ¡Manda narices! me ato por ahí a una cuerda y tiro para arriba, pero con una simple bici, que no me atrevo... en fin!

El Pez Martillo dijo...

Hay más gente de la que nos imaginamos que no sabe ir en bici. Pero todo es ponerse. Y si no, para los principiantes hay unas ruedecitas que se ponen a los lados que sirven para no caerse.

Yo se lo recomiendo, al principio se hace raro y uno va acojonado y se cae más de una vez. Pero seguro que habrá oido que es algo que no se olvida jamás, pasen los años que pasen.

PENSADORA dijo...

Estoy pensando muy seriamente comprarme una que he visto que venden que lleva tres ruedas, así, asunto apañado, total, tampoco me iba a hacer profesional ni nada de eso, sólo con subirme un par de cuestecillas al año me conformaba y tal.

en fin...

El Pez Martillo dijo...

Las cuestas mejor bajarlas, que subirlas es muy duro.

Anónimo dijo...

Eso de que su bicicleta le produce tanto bienestar ¿no será porque la emplea sin sillín, verdad? ¡Ah! y lo de los 50 km/h me ha dejao pasmao; ¿usted cuanto pesa? Tal vez eso lo explique.

El Pez Martillo dijo...

Estimado anónimo, creo que la foto deja claro que la uso con sillín. Sin sillín puede ser agradable un rato, pero no más de un par de kilómetros.

Respecto a la velocidad, el peso no es la única variable a tener en cuenta, hay otras cosas que afectan a al velocidad: la pendiente, el desarrollo (la marcha, por si no domina el vocabulario ciclista) que se mueve, la longitud de la cuesta... La que me permitió llegar a los 50 era muy larga y pronunciada. Realmente no es tanto, los profesionales llegan a esas velocidades en llano, y bajando un puerto pueden alcanzar los 100 km/h con cierta facilidad (depende del puerto, claro).

Un saludo.