A veces uno se lanza en brazos de ideas, corrientes, tendencias... que le absorben y le ocupan durante una temporada. Se queda uno deslumbrado por ellas. Hay quien se ciega y deja de ver la realidad, y ya no puede hacer otra cosa que seguir dentro de los paráetros que le han cegado. Sin embargo para otros el fogonazo no basta para quitarles la vista del todo, y tarde o temprano terminan percatándose de su situación y huyen de ella (o, por lo menos, la considerán de otro modo). Estas "marchas atrás" son muy instructivas y enriquecedoras, pues nos ponen sobre la pista de gentes despiertas. Aunque ojo, puede que la vista se recupere tan poco, que a partir de entonces la trayectoria de estas personas sea un dar tumbos continuos, cuando no un pegar al extremo contrario (esto puede ser un síntoma de cuasi-ceguera, tan peligrosa como la ceguera completa, puesto que el resultado es que la visión queda interrumpida).
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