Hay gentes que están más allá del bien y del mal. A quienes estas distinciones no les importan y no les son aplicables. No me refiero a la actitud chulesca del que hace lo que le da la gana testicularmente y llevándose por delante a quien haga falta. Lo digo en sentido positivo. Gentes admirables, que han demostrado de sobra su solvencia y a los que se les perdona casi todo, cuyos defectos son el ornamento y la sal de sus virtudes.
Todos conocemos o deberíamos conocer a algunos de estos personajes. Porque a menudo son auténticos personajes. Si se tiene la suerte de cruzarse con alguno, de entrada es posible que nos abrume, incluso puede que nos parezca absurda la admiración que los demás le dedican, ya que ese estar más allá de todo a veces se puede ver como algo insultante. Pero al final acabas rindiéndote y reconociendo que sí, que son gente especial. Y los que se les enfrentan, suelen creerse estar ellos más allá, sin estarlo.
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