A raíz de la celebración del cincuentenario de la puesta en órbita del primer ser humano, acaecida tal día como ayer, he recordado el episodio que protagonizó Ivan Istochnikov unos años después.
Istochnikov pereció en la misión Soyuz II junto a su perra Kloka mientras daban un paeo espacial en 1968. Las autoridades soviéticas, avergonzadas por el fracaso, al que se unía la muerte del astronauta Vladimir Komarov unos meses antes al reingresar a la Tierra, decidieron borrar cualquier rastro suyo. Las fotos fueron manipuladas, sus amigos fueron amenazados y su familia al completo fue deportada a Siberia.
Nadie se enteró del fallo hasta que, en los años de la Perestroika, algunos testigos empezaron a hablar y las pistas a aparecer: fotografías originales, objetos, grabaciones... Múltiples huellas que daban testimonio de una historia muy poco conocida, pero que merecía ser investigada. Esto es lo que hizo Joan Fontcuberta, que en 1997 lanzó un libro (titulado Sputnik. La odisea del Soyuz 2) en el que recopilaba todos los datos que existían, así como una exposición donde se mostraban los objetos y huellas de la vida de Istochnikov que habían sobrevivido a la purga soviética. La exposición giró por numerosas ciudades.
La historia sería sobrecogedora si no fuera porque es falsa. Todo resultó ser un engaño de Fontcuberta, un artista conceptual que pretendió hacer la operación inversa a la que denunciaba: en lugar de borrar a alguien de la historia, añadirlo. Y lo logró, porque coló hasta que no desveló la farsa e incluso después, ya que incluso en la televisión han pasado la historia como real recientemente. El propio autor, manipulando viejas fotos, se convirtió en Ivan Istochnikov. De hecho, este nombre es la traducción al ruso del suyo propio.
Sea como fuere, y sabiendo cómo las gastaban los soviéticos, la historia es perfectamente verosímil (salvo, tal vez, por el detalle algo ridículo del paseo espacial con perro). Quién sabe, puede que en algún oscuro archivo moscovita exista alguna pista sobre algún Ivan Istochnikov de verdad...
3 comentarios:
Eso le iba a decir, que este señor de la foto es Fontcuberta (lo sé porque le seguí la pista a su trabajo durante un tiempo, y no olvido su cara). Pero siguiendo con la base de verosimilitud de su historia: ¿No resultó lo de la famosa perrita Laika una historia que la URSS falseó? Creo que la perra murió en su viaje espacial, pero la propaganda soviética la reemplazó por otro perro con el fin de ganar la batalla propagandística. Además, ¿lo de Komarov no era cierto?
Laika murió en el espacio y era lo que se esperaba (hasta había planes sobre cómo matarla), así que no hubo farsa sobre el regreso a la tierra. Lo que sí se falseó fue el hecho de que murió mucho antes de lo esperado (llegaron a decir que había aguantado varios días, cuando en realidad murió a las 5 horas), algo que se conoció en 2002.
Lo de Komarov sí es cierto, lo que Fontcuberta hizo fue que su historia ocurriera muy poco después de la de Komarov, obligando a las autoridades a ocultar el accidente para evitar la humillación de dos muertes seguidas.
Y por cierto, parece que la muerte de Gagarin también tiene algunos claroscuros.
Toda la URSS fue un enorme e interminable claroscuro.
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