A muchos les habrá pasado. Van a una boda familiar. Alí, alguien, por lo general con un parentesco más o menos lejanos (esas tías abuelas, primos segundos...), que para intentar hacerse los simpáticos y ante la dificultad de establecer una conversación con alguien con quien no se ha tenido demasiado trato, te espetan el poco original "¿Y para cuándo iremos a tu boda?". Es una situación algo incómoda, por aquello de que a nadie le gusta tener que dar explicaciones sobre asuntos personales a semiextraños. Y más si no hay bodas en perspectiva (ni nada que se le acerque).
Por eso, y por devolverles la pelota de la incomodidad, hay que ser implacables, no dejarles opción a respuesta y mucho menos a volver a preguntar en el futuro (porque siempre, en otra boda, volverán a preguntar). En esta situación, lo ideal es mencionarles su funeral y las ganas que tienes de ir. Tal vez es poco elegante. Pero funciona. Certificado.
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