Últimamente ando con el tema del paso del tiempo, será por la edad, que ya va otorgando una perspectiva. Y que uno ya es oficialmente un pureta, o lo que antes se llamaba un carroza. Hay síntomas por todas partes. Uno de ellos es al salir de noche (cosa que hago ahora en mayor cantidad y calidad que de más joven) y las reacciones con la música. Como me pongan algo "de mis tiempos", aunque en su día no me gustara, me vengo arriba y lo doy todo. De algún modo es mío, y así lo vivo. Pero veo a los jovencillos que hay por allí (me gustan los locales en los que hay gente variopinta y mezclada) que o no reconocen las canciones, o las bailan con más desgana, o simplemente para ellos son clásicos (es decir, algo que está ahí desde siempre). Ganas me entran de decirles que yo viví la eclosión de esos temas, que he conocido un mundo en el que no existían aún.
El pasado sábado este contraste lo pude ver de una forma muy clara. Un conocido toca en un grupo que hace versiones de grunge. En un mítico garito palmesano dedicado a lo heavy y alternativo. En su día no es que yo fuera grunge, pero me sabía muchos de los temas que tocaron puesto que eran los que sonaban en la radio. Los más talluditos (habíamos unos cuántos) estábamos encantados, mientras que los más jóvenes, adolescentes y postadolescentes, casi ni conocían nada y se dedicaban a los billares y a menearse por allí sin demasiado entusiasmo.
Yo lo veo desde mi perspectiva, pero también estoy del otro lado: lo que a ellos les gusta y les motiva (el trap este del que ahora se habla mucho) a mi no me dice nada. Que cada uno tiene su camino, y aunque veces se crucen, no son ya el mismo.
6 comentarios:
Creo que cada generación siente la necesidad de enarbolar su pertenencia al tiempo que le ha tocado vivir, en este caso, en el plano musical. Lo bonito es encontrar gente que sea capaz de conciliar el corazón con la cabeza para poder apreciar, de este modo, los motivos por los que surgieron movimientos o estilos musicales haciéndolos suyos también. Hace años me sentía frustrado por no encontrar lugares dónde me pusieran a Cohen, Dylan o los Beatles mientras me estaba perdiendo lo que estaba surgiendo en ese momento. Ahora lo veo con resignación y me interesan muchas propuestas alternativas que antes ninguneaba sin saber muy bien el porqué.
Claro, tampoco se trata de darle la espalda a lo nuevo por el mero hecho de serlo. Hay que darle al menos una oportunidad. Lo mismo vale para lo antiguo.
De todos modos, tampoco es igual lo vivido "en presente" (que aún está en desarrollo) que aquello que ya es pasado y, digamos, ya está cerrado y se tiene perspectiva sobre ello.
El paso del tiempo lo transfigura todo, le da incluso a lo más desagradable un perfumillo gracioso. En esos bares de Gomila, ya desaparecidos (como pudimos comprobar. Donde estaba el Nivelón, ahora hay una iglesia creo que evangélica; donde el Fraguel, una pastelería. Y no sigo más...), en general yo detestaba lo que escuchaba, sobre todo esas cosas (hablamos de 1993 y 1994 principalmente) tipo Scatman, Haddaway, Ace of base... y resulta que ahora, sin ser ni mucho menos mi primer plato musical, las escucho con gracia, mecido por los recuerdos.
PD: otro deja vu frustrado del sábado fueron los olores. Aunque no fumaba por entonces, siempre salía uno empapado de aromas tabacarios, y llegabas a casa como si fueras un cenicero de tela. Era engorroso, pero de verdad que el sábado eché de menos ese rastro, mi memoria me exigía que compareciera ese salvoconducto al pasado
Algo parecido me pasa a mi: incluso lo que no me gustaba especialmente, ahora lo recuerdo con alegría, por aquello que aunque no me dijera nada, era parte del paisaje, y su aparición presente me devuelve a aquellos tiempos.
Por lo demás, el olor a tabaco es algo que me ha repugnado siempre, y es curioso que desde que ya no se fuma en los locales, salgo más (aunque tampoco es que no saliera por el tabaco, no al menos de forma consciente).
No por ser pasado ha de estar cerrado, pienso al contrario en ese aspecto. De hecho veo presentes más cerrados y casi sepultados.
Lo de cerrado lo decía porque ya pasó y no se puede cambiar. Obviamente, se puede varias la actitud hacia ello, o también puede ser que eso tenga un influjo fuerte en el presente.
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