Una de las cosas que tiene trabajar en un lugar donde se ven muchas desgracias es que luego vas por la calle y sabes que en tal sitio hubo un accidente, de aquél piso cayó (o se tiró) alguien, allí mataron a mengana... Tus paseos se llenan de hitos truculentos, de miliarios morbosos que preferirías no haber conocido. Con el paso del tiempo y la acumulación de experiencias, algunos hechos se te olvidan, pero a veces al pasar por el lugar físico donde acontecieron, regresan a la memoria de golpe, como reprochándote que ya no te acuerdes, exigiendo su parcela para evitar la completa desaparición.
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