Pero no nos confundamos, todos buscamos esos asideros. La mayoría lo hace contra los demás. Yo lo hago conmigo mismo, en una especie de autosustentación en el vacío, en un continuo ejercicio onanista inútil y peligroso, pero inevitable. Creo la ficción de que tengo control sobre mi mismo, y lo ejerzo (creo) en aquello en lo que me es posible. Siento pánico a perder el control y dejarme arrastrar. Nunca me he desmayado y me aterra la idea de perder la conciencia (incluso mi insomnio puede que tenga que ver con ello). Tampoco me entrego de pleno al abandono del etanol y otras sustancias. ¿Qué monstruos o fuerzas se podrían desatar? ¿Es un temor fundado?
Sólo me tengo a mí, y ni siquiera de eso estoy al 100% seguro.
Tal vez habría que abandonar la ficción de la autosustentación y explorar la caída, porque en ella hay algo, aunque sólo sea yo cayendo.
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