martes, 5 de diciembre de 2017

En el lecho

A veces intento imaginar mi aspecto cuando muera. ¿Seré anciano, o no tan viejo? ¿Se mostrarán mi rostro y mi gesto apacibles, o marcados por al sufrimiento? ¿Será en una cama, durmiendo, tras alguna enfermedad, o yaceré tirado en alguna cuneta dentro de mi coche, o quién sabe, acribillado a balazos o apalizado por alguna convulsión histórica?

Son preguntas a las que nunca hallaré respuesta, porque cuando llegue el día ya no estaré allí. Tal vez, si es cierto eso del alma y de que uno se ve desde fuera, seré testigo. Pero creo que para entonces ya no me importará. De momento, es sólo un entretenimiento como otro cualquiera. 

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