Los teléfonos antiguos sonaban como una exhortación, eran imperativos. Sus timbrazos te levantaban de donde fuera de un salto, e ibas corriendo a contestar, más por dejar de oír esa estridencia que por adivinar quién había al otro lado de la línea.
Ahora es al revés. Desde que tenemos móviles y podemos ponernos músicas, que normalmente son canciones que nos gustan o que significan algo para nosotros, da pereza responder y lo que apetece es que suene la canción entera, dejando en un segundo plano a la persona que quiere hablar con nosotros (que, dicho sea de paso, de cada vez más es alguien que nos quiere vender algo).
2 comentarios:
¿y los mensajitos? eh!
¿qué me dices de esos mensajitos de movistar o vodafone o lo que sea?
Oyes el sonidito, te emocionas y resulta que es una oferta de internet móvil....¡¡¡AAAARRRRGGG!!!
Esos mensajes los odio!! Y últimamente son los que más recibo (con las redes sociales se mandan menos sms). O publicidad, o que me avisen de que ya puedo consultar la factura ...
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