Ahora que se habla abiertamente de una "generación perdida" para el país, uno se pregunta si en realidad no será más de una. Y si la propia no debería incluirse también entre estas generaciones del desperdicio (y si no es así, es la última generación aprovechable). Intuyo que esto, por mi parte, tiene algo de viejo cascarrabias, que cree que los que vienen detrás de él son unos mindundis. Pero hay algo más, porque son (somos) gentes que, como ha dicho alguno de nuestros ínclitos gobernantes "las generaciones mejor preparadas de la historia de España". Y puede que sí, pero no se nota esa preparación, no se ven resultados, ni siquiera parece que se valore (al contrario, al revés que antaño, ahora tener estudios es casi el primer paso para la emigración). Debe hacer falta algo más que la preparación.
Y la cuestión es que llegará el día en que esta/s generación/es tendrá/n que gobernar, que tomar las riendas del país. ¿Qué se puede esperar de ella/s? ¿Resentimiento?¿Indolencia?¿Desdén? La tragedia de desaprovechar potenciales no está en el momento de ser desaprovechados, sino que las consecuencias las pagaremos cuando los echemos de menos. Y esto no pinta bien. Espero equivocarme, como en tantas otras ocasiones. A lo mejor hasta son nuestra salvación.
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