No basta con decir lo que se piensa. Eso se puede enunciar de muchas formas, y no siempre se escoge la más adecuada (salvo que lo que se pretenda con ese decir "lo que se piensa", sea en realidad otra cosa distinta al simple decir). Además, la expresión genuina de los pensamientos, si ha de ser efectiva y sincera (porque no siempre se es sincero al hablar sin tapujos), requiere de la compañía de otras cualidades de carácter y comportamiento (cierta bonhomía, serenidad, magnanimidad...) que muy pocos podrían alcanzar. Así que, mientras no se demuestre lo contrario, quien se vanaglorie de "decir lo que piensa", no pasa de ser un impertinente, un maleducado y/o un engreído, entre otras cosas.
2 comentarios:
ah, pero eso no es problema ninguno, porque gran parte de la población carece de ideas articuladas sobre ningún tema, así que cuando parlotean sinceramente no dicen-lo-que-piensan sino que se limitan a hacer de antipáticos loritos con diarrea mental.
Toda la razon Sr Pez.No basta con decir lo que se piensa,ademas de las formas o actitudes que usted apunta,en un mundo tan politicamente correcto como el que tenemos,lo mas importante es tener un par bien gordos y bien puestos para hacerlo.No es nada facil,socialmente es un suicidio,pero la alternativa es mucho mas tragica.Puedes acabar siendo un politico que solo repite el discurso aprendido,eso si, con muy educadas maneras...es el campo donde suelen medrar los hipocritas,los que nunca dicen lo que piensan sino lo que el otro quiere oir.Lo dicho,tragico destino.
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