lunes, 3 de enero de 2011

Navidad light

Será la crisis, la edad o el maldito traslado del hospital, pero tengo la sensación, y me consta de que no soy el único, de que estas fiestas han sido flojas. No se han celebrado con la intensidad de otras veces: las aglomeraciones de gente han sido menores, la publicidad en televisión ha sido menos pesada. Incluso la nochevieja parecía que la gente celebraba con otro ánimo la velada. Más sereno, menos desaforado. Había ganas de fiesta, pero sin aspavientos.

Aunque el contraste ha sido llamativo, no diría tampoco que es algo para lamentar, sino más bien al contrario. Lo anómalo era la euforia e hiperactividad malsanas de los últimos años. Habrá quien eche de menos ese derroche (sobre todo los que hicieron su agosto con él), pero para los que perdemos en cualqueir caso, es preferible la relativa tranquilidad de esta última Navidad. Que no se nos olvide para los próximos años. ¿Seremos capaces?

1 comentario:

PENSADORA dijo...

Tal como va la cosa, sí seremos capaces... no queda más remedio.

Lo cierto es que me alegra y yo también he notado esa especie de calma, que agradezco un montón.

Saludicos!