Pocos personajes históricos pueden presumir de impregnar las sociedades en las que viven y las venideras. A lo sumo, alcanzan a que su nombre se use para referirise a algunas cualidades (dantesco, mquiavélico, kafkiano...). Pero más allá de los calificativos, pocos llegan. Prescindiendo de los fundadores de religiones, cuya influencia es de otra índole, tal vez el personaje histórico y terrenal que más presente tengamos presente en nuestra cultura sea Julio César, tanto que ni nos damos cuenta. Para empezar, un mes del año está dedicado a él, y también hay por ahí una forma de llegar al mundo, la cesárea, que tiene que ver con él (por lo visto él nació así, y desde entonces a esta forma quirúrgica de parir se la ha conocido como Parto del César, Parto Cesáreo o cesárea). Y como su actividad se desarrolló en el ámbito del poder con excelentes resultados (creó y expandió el Imperio Romano, ahí es nada), todos los que han aspirado al poder absoluto han querido revestir sus nombres y títulos con el de César. Así, la denominación de César se aplicó como genérico a los emperadores romanos. Pero la cosa ha llegado hasta nuestros días, porque distintos reyes que aspiraban a ser el no va más adoptaron este título, si bien evolucionado y adaptado a sus lenguas: el Káiser alemán, el Zar de Rusia y el Sha de Persia son derivaciones directas del nombre César.
Es difícil encontrar a otro personaje que esté tan en la médula de nuestra cultura. Claro que vivió hace algo más de 2000 años, y eso hace que la leyenda lo agrande. A saber si algunos más recientes, con el tiempo, no calarán así de hondo, aunque por ahora no lo parece.
3 comentarios:
No se olvide usted de Jesucristo, que le recordamos incluso al estornudar... jejeje...
No, no creo que ningún mandatario presente ni futuro adquiera semejante magnitud.
En fin.
Ahí es nada, te remontas al origen de la civilización...de todas maneras el poder es cambiante y si no echemos un vistazo a Túnez o lo que puede ocurrir en Egipto si el pueblo se une en una protesta generalizada...vivimos tiempos de cambio y el Pueblo también es importante. Que se anden prudentes los gobernantes, porque están tejiendo su final...
Pens, ya lo he dicho en la entrada: prescindiendo de los fundadores de religiones. Ellos actúan en otro nivel, aunque claro, son los que más calan.
Angel, cuando Julio César la civilización ya estaba empezada, aunque es cierto que él estaba más cerca del origen que nosotros. Sobre el poder, desconfío, pasado el estallido de protesta (que puede ser más o menos espontáneo, y siempre bajo dudas), viene más poder. Puede que con mayor legitimidad, pero tarde o temprano la perderá. Por ese camino no tengo esperanzas.
Saludos.
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