La situación que vivimos con la tan traída y llevada crisis es como la del ludópata que insiste en seguir jugando, en seguir tirando el dado, seguro de que una buena racha está a punto de llegar. Mientras llega, se endeuda, y todo lo empeña, jurando y perjurando que, cuando empiece a ganar, pagará sus crecientes deudas, con todos los intereses que se les quiera añadir. Puede que la racha se produzca y su situación se alivie un poco. Pero tarde o temprano la cosa se vuelve a enturbiar. Hasta que la situación deja de dar de sí y desemboca en alguna clase de desenlace.
Al igual que el ludópata, puede que se piense que el problema es económico, y que en el juego esté la solución y el problema en sí. Pero no hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que el problema real es más profundo.
Al igual que el ludópata, puede que se piense que el problema es económico, y que en el juego esté la solución y el problema en sí. Pero no hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que el problema real es más profundo.
1 comentario:
TOTALMENTE DE ACUERDO, AMIGO PEZ, ¡¡¡TOTALMENTE!!!!.
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