Cuando llega el momento de ordenar, uno se plantea tirar a la basura algunas cosas que ya no se usan o que son viejas o inservibles. A lo mejor ya era así desde el momento en que se almacenaron, pero algo evitó que las lanzáramos antes. Sin embargo, en el momento de tirarlas, hay un pequeño titubeo. Porque en cuanto se empieza a desalojar es seguro que tras eso, irán muchas más cosas. Se pone en marcha un mecanismo compulsivo de desechar cosas. Es como la rotura de una presa: todo parecía muy correcto, y en un segundo la corriente es imparable.
Ocurre así en muchos órdenes de la vida. Es lo que, certeramente, expresa el refrán: "en el comer y en el rascar todo es empezar". Pero no sólo es en el comer y en el rascar.
Ocurre así en muchos órdenes de la vida. Es lo que, certeramente, expresa el refrán: "en el comer y en el rascar todo es empezar". Pero no sólo es en el comer y en el rascar.
1 comentario:
Pues eso!
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