"La tarde más importante de mi vida, ya que experimentéel pensamiento de la muerte: que no hay absolutamente ninguna diferencia si muero mañana o dentro de treinta años; que todo proyecto y todas las cosas se diluyen ante mí, y que debo amar a los pobres hombres, que tan rápidamente se van al fondo con su brizna de vida; el pensamiento se transformó en el de la inutilidad de todo quehacer. Me encontré ante mi futuro lecho de muerte, pasando los treinta años, me vi con mano de difunto, abandonada, con cara de enfermo, deshecho, con los ojos de mármol, oí cómo en la última noche mis fantasías combatían entre ellas... Oh, vosotros, hermanos míos, quiero amaros más, quiero daros más alegrías. ¿Cómo podría atormentar el par de días invernales que os quedan de vida plena, vuestras imágenes, plenas de colores mundanos, que se decoloran en el trémulo reflejo de la vida? Nunca olvidaré aquel 15 de noviembre. "
Jean Paul (1763-1825)
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