jueves, 20 de diciembre de 2018

Endogamia universitaria

Entre unas cosas y otras he estado más de veinte años vinculado a la universidad. Centro de generación de conocimiento y se supone que de estudio (de la realidad, se entiende, no de mero estudiar para aprobar). Ciertamente es así, pero no es menos cierto que hay una tendencia a la endogamia que se ha ido agudizando con los años. No me refiero a la proverbial y casi imposible de erradicar (hasta ahora, no hay ley que lo haya conseguido, aunque muchas de ellas proclaman que es uno de sus objetivos) capacidad de la universidad para emplear a alumnos suyos, así como un endiablado sistema de alumnos colaboradores que lo que consigue es que estos poco a poco puedan ir medrando a la sombra de sus preceptores. Con la endogamia me quiero referir al hecho de retroalimentarse de la universidad misma y de su producción, desvinculándose del mundo al que en última instancia se debe. 

Se montan congresos, se hacen publicaciones, se hcen tesis doctorales... y todo dando vueltas a autores y temáticas internas al mundo de la universidad. Es todo cada vez como una inmensa tertulia en la que se habla del mundo pero cada vez se está más desconectado de él, porque se comenta a través de lo que otros han comentado, entrando en polémicas y discusiones que lo que hacen es retroalimentar el círculo. Al final, acaban saliendo de ahí personas que han perdido la capacidad de observación, sino que pretenden dictarle al mundo lo que debe ser. Y lo hacen desde la seguridad de haberlo estudiado (claro que con sus filtros y mecanismos), lo que ya supone una cierta lejanía.

Por otro lado, y creo que ya lo he comentado con anterioridad, cada disciplina se centra mucho en sí misma, sin tomar en cuenta a las demás. Como herramienta analítica puede estar bien, pero no se debe perder de vista que en última instancia, el fenómeno que focaliza la atención no se da analíticamente aislado, sino interconectado con muchos otros. Por eso echo de menos el diálogo entre disciplinas, que se tengan en cuenta y no vivan tan de espaldas las unas con las otras, porque esto también hace que se desfigure la visión y que los árboles no dejen ver el bosque.

Ya estoy fuera de la universidad, y por momentos debido a estas cosas, he tenido la tentación de abandonarla antes de alcanzar lo que me había propuesto. Quizás debería haberlo hecho, pero es que cuando me propongo algo, no lo dejo fácilmente. 

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