En la vida, por diversos motivos, surgen rivales que en buena lógica intentan propagar imágenes más o menos falsas de nosotros. Interesa provocar rechazo entre quienes quieran aproximarse y así debilitar nuestras posiciones. Es el juego natural. Por eso hay que evitar asumir esas caricaturas y leyendas negras. Interiorizarlas y actuar conforme a ellas, confirmándolas y reafirmándolas, es un error estratégico que nos pone a los pies de los caballos y en la senda de la derrota. Quedamos a merced de los rivales, y muchas veces no nos damos cuenta de hasta qué punto lo hacemos.
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