viernes, 11 de mayo de 2018

Fetichismo

Tengo un bolígrafo que he usado en importantes ocasiones y para ellas lo reservo: exámenes (la oposición, la especialidad...) o firmas de documentos importantes (hipoteca...). Ahora lo he usado con la documentación para el depósito de mi tesis doctoral, de la que creo que llevo desde el principio del blog hablando, y que por fin me dispongo a depositar y defender. No es un bolígrafo especial (no es de marca, es uno baratero de publicidad) y no soy supersticioso: no creo que me dé suerte, sólo soy un sentimental.  

2 comentarios:

Juan Carlos González Caballero dijo...

No hace falta versar para ser un poeta y en esta entrada acabas de demostrar que lo eres. Tampoco quiero decir que ser poeta sea un halago que te hago, compañero, simplemente se es o no se es aunque uno no quiera o no tenga la intención de serlo.
Saludos.

El Pez Martillo dijo...

Bueno, versar al fin y al cabo es una técnica para la que hay que tener un cierto talento y desde luego hay que practicar. Pero más allá de la métrica, la rima y todo eso, está el mensaje, y ya puedes ser una máquina, que si no tienes nada que decir, ahí no hay poesía. Lo cual me lleva a preguntarme si la poesía está en el contenido o en el continente (aunque de alguna manera, los versos han de ser adecuados a lo que se dice).

Salud!