Aunque la frenología esté desacreditada, uno cae a veces en la tentación de asignar determinados rasgos físicos (sobre todo del rostro) a caracteres interiores. En concreto, creo que puedo detectar la ideología de alguien por su rostro. Porque, ¿soy yo el único que detecta un no sé qué clerical en los gestos de determinada izquierda adanista y el nacionalismo más rancio (si es que es posible un nacionalismo no rancio)? Yo los llamo cariñosamente "las monjas" (así, en genérico femenino, algo que a buen seguro les complace). La cara crispada, la mirada severa, dispuestos a la reconvención en cualquier momento, seguros de su fe, taimados, detectando pecadores por doquier, aprovechando cualquier ocasión para el proselitismo... Incluso el gusto que tiene por los flequillos hace pensar en las tocas de las monjas, y una tonsura no les quedaría tampoco mal. ¡¡¡Si hasta tienen monjas (de las de verdad) mediáticas entre sus filas!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario