Este mes de agosto de 2010 se han cumplido 65 años del lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Más allá de las diversas pruebas con este tipo de armamento, son las únicas explosiones ocurridas en el desarrollo de una guerra hasta el momento. Se calcula que murieron en torno a 200000 personas en la explosión y los días posteriores, y resulta difícil saber la gente que ha muerto a consecuencia dela radiación que recibieron durante ese tiempo, que les provocó cánceres, leucemias y otros problemas de salud. Además, hay que tener en cuenta los niños que nacieron con deformidades y alteraciones por la radiación. En total, un sinnúmero de víctimas que sumar a los millones de individuos que padecieron en sus carnes los efectos de la segunda guerra mundial. De todos ellos, los que sobrevivieron de forma directa a las explosiones nucleares tienen un reconocimiento especial. En Japón los llaman Hibakusha (persona bombardeada), y los cálculos afirman que existen o han existido en torno a 360.000. El gobierno japonés reconoce a estos Hibakusha con una pensión, cubriendo los gastos médicos que su condición genere, así como los costes de sus funerales.
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