Cuando alguien visita Mallorca y comprueba que los alemanes se han adueñado de muchas cosas de aquí (hasta el Pueblo Español es ahora de los alemanes), las almas superficiales se lo recriminan a los mallorquines (en más de una ocasión me he vista ante la pregunta: "¿cómo habéis dejado que os compren la isla?"). La respuesta pragmática y utilitarista, la que la mayoría de gente entiende, y por lo tanto la que damos, es que ellos han pagado un buen dinerito que nadie más nos pagaría. Pero como casi siempre, la superficie esconde mucha profundidad impregnada de verdad. Y lo que hay de profundo en la venta de parcelas de Mallorca a los alemanes, esconde el hecho de que ellos las van a conservar mejor que nosotros. Lo cual esconde también una enseñanza: que a veces, la mejor manera de conservar algo querido es desprenderse de ello.
2 comentarios:
Al hilo de conservar algo en buenas condiciones, algunas veces he pensado que sólo tendría un hijo a condición de que fueran otros quienes lo criaran.
Pues no lo había pensado de esta manera, pero yo también me apunto. A veces hay que tomar distancia para valorar las cosas en su justa medida. A muchos les ocurre cuando las pierden, pero la gracia y la heroicidad está en hacerlo sin tener que perderlas.
Un saludo y gracias por comentar.
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