Terminaré con esta racha de entradas con acento "mallorquín" haciendo referencia a la extrañeza que nos ha causado que en los días pasados los medios nacionales se hayan hecho eco de la vieja costumbre de los turistas de hacer el ganso en los balcones, con fatal resultado para algunos de ellos. Aspavientos, sorpresa y rasgueo de vestiduras. Pues bien. Hace como unos 20 años que esto ocurre. Todos los veranos hay varios muertos caídos de los balcones. Y sí, es una estupidez como un piano, y será digno de ser informado, y tal y cual, pero que no lo tiñan de actualidad. Porque si algo no es, es actual (como fenómeno, claro está, no el caso particular del caído del día).
Quiero pensar bien y creer que se trata de una serpiente de verano inocua más (ya se sabe, agosto es aburrido, no pasa nada, y hay que rellenar diarios y noticiarios), porque la pregunta siniestra es acerca de lo que están dejando de decir para contarnos el cuento de la lluvia de turistas (más viejo que la picor).
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