miércoles, 7 de abril de 2010

Justicia vengativa

¿Cómo negar que tras la Justicia se esconde el ansia de venganza? Pero ejercida por terceros y de forma diferida. Por el bien de la sociedad. Así las conciencias quedan tranquilas y los males y las responsabilidades diluidas. Todos contentos. Y sin embargo...

4 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Discrepo. Al menos en el caso de las democracias occidentales, la finalidad no tiene que ver con la venganza, sino con una cuestión preventiva: evitar que el conflicto se extienda por el tejido social. Se trata de poner fin al ciclo de venganzas que se puede desencadenar tras un delito grave. Y la justicia se manifiesta de forma abstracta y contenida, con fuerza pero mesura (por eso, salvo en EEUU, la pena de muerte ha sido erradicada). En sociedades distintas, como las comunistas o islámicas, por ejemplo, el principio vengativo sí que está más presente, porque en esos sistemas el poder debe manifestarse como venganza (nada abstracta) que se impone a toda otra violencia. Por eso en estos casos no hay límites para el castigo infligido.

saludos

El Pez Martillo dijo...

Pues no discrepamos tanto, en lo de "por el bien de la sociedad" y que sea ejercida por terceros y diferida está lo que usted dice de evitar la extensión de los conflictos en la sociedad. Y claro que en las democracias occidentales la cosa está más atenuada que en otras partes, que es mucho más evidente. Pero en la base sigo viendo la venganza (con un montón de filtros y refinamientos que la convierten es justicia, es cierto, pero ahí sigue de algún modo).

Y bajando de las cuestiones teóricas, cuando vemos en televisión a las víctimas de lo que sea pedir justicia, ¿no claman en realidad por la venganza de sus agravios? (por eso pocas veces se está satisfecho con la justitica, porque no llega colmarlas).

Saludos.

Johannes A. von Horrach dijo...

Precisamente la justicia tiene que jugarse en un equilibrio entre la satisfacción de los deseos de venganza de las víctimas (y cercanos) y un sentido de mesura. Llegar a un punto en el que se desactive el deseo de venganza pero sin agotar las posibilidades del castigo. Que el conflicto se bloquee y no se prolongue en generaciones venideras, como sí sucedía con la Ley del Talión y semejantes.

El Pez Martillo dijo...

Totalmente de acuerdo, por eso digo que siempre está la venganza ahí al fondo cuando hablamos de justicia.