domingo, 18 de octubre de 2009

Los villancicos de Dylan

Cuando hace unas semanas me enteré de que Bob Dylan sacaba un disco de villancicos torcí el gesto. "¿Dylan cantando el tamborilero?, creo que prefiero ahorrármelo" no por nada, sino porque la música navideña no parece que case mucho ni con su estilo musical (sea el que sea, porque ha transitado por varios a lo largo de casi 50 años de carrera) ni con su forma de cantar. En cualquier caso, él está más allá del Bien y del Mal y puede hacer lo que le venga en gana. Y esta vez le ha dado por los villancicos y además por donar todo lo que gane con este disco a diversas ONG. Él sabrá.

La cuestión es que junto al temor y la extrañeza se generó una cierta esperanza. "A ver por dónde nos sale", porque es sabido que Dylan ha protagonizado varios giros en su carrera, y algunos de ellos le han salido de maravilla. Pero también sabemos que entre su excelsa discografía se cuelan algunos truños infumables. Y me temo que, sin llegar a tanto, estamos ante uno de los trabajos menores de Dylan, de esos que quedaran semiolvidados y de los que tal vez se avergüence algún día. Por lo demás, los arreglos no están mal, en la línea a la que ya nos ha acostumbrado en sus últimos discos: sonidos añejos, con solera, como salidos de los años 50. La mayoría de las canciones son conocidas, y vale la pena una escucha para oír esas melodías "a la Dylan". Más como curiosidad que como ejemplo de lo que debe ser un disco navideño. Juzguen ustedes mismos, si se atreven:


Pero bueno, se le perdona, sobre todo después de habernos regalado varios de sus mejores discos en la última década (dos de ellos en menos de un año, Tell Tale Signs y Together through life). Que al menos sirva para frenar un poco y tomar aire para futuros buenos álbumes.

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