He asistido a un espectáculo radiofónico sin par. Han dedicado una sección de pediatría de un programa, con pediatra y todo, a pontificar sobre el "problema" de las aulas, de la supuesta falta de autoridad de los profesores y demás debates inútiles que tantas y tantas horas entretienen a los que no tienen nada mejor que hacer (algo sobre lo que reflexionar: ¿porqué lo que más nos sacia es lo más nocivo e inútil?).
Que si el usted por aquí, que si las familias por allá... Y yo no creyéndome lo que estaba escuchando. ¿Qué diablos hace un pediatra hablando de esto? No porque no pueda hacerlo, ojo, que aquí cada uno tiene sus opiniones y es libre de expresarlas. Lo anómalo y extraño es que en virtud de pediatra se arrogara la autoridad de poder hablar mejor que nadie de esos asuntos. Y lo peor, de señalar culpables, que es en lo que todos estos asuntos desembocan (y, por supuesto, los culpables siempre son otros).
Y digo yo, siguiendo su estela, ¿no existe la posibilidad que todos estos diagnosticadores y acusadores de diversa índole forme parte del problema? ¿Es posible que la clarividencia que se arrogan sea una forma más de ceguera? Viendo el panorama, yo diría que sí, y mucho.
Que si el usted por aquí, que si las familias por allá... Y yo no creyéndome lo que estaba escuchando. ¿Qué diablos hace un pediatra hablando de esto? No porque no pueda hacerlo, ojo, que aquí cada uno tiene sus opiniones y es libre de expresarlas. Lo anómalo y extraño es que en virtud de pediatra se arrogara la autoridad de poder hablar mejor que nadie de esos asuntos. Y lo peor, de señalar culpables, que es en lo que todos estos asuntos desembocan (y, por supuesto, los culpables siempre son otros).
Y digo yo, siguiendo su estela, ¿no existe la posibilidad que todos estos diagnosticadores y acusadores de diversa índole forme parte del problema? ¿Es posible que la clarividencia que se arrogan sea una forma más de ceguera? Viendo el panorama, yo diría que sí, y mucho.
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