domingo, 24 de febrero de 2008

Campaña II


En estos días de pesadilla electoral -ver los mismos rostros diciendo lo mismo a todas horas no es demasiado estimulante, que digamos- mi mente, semiabducida, se lanza a reflexiones sobre el evento que se nos viene encima. Y también recapitula lo que ha sido mi relación con la democracia hasta el momento. Y debo decir que ha sido bastante deficiente. SIempre me ha interesado esto de la política, y he intentado mantenerme al tato (si bien es cierto que de cada vez me interesa menos y tiendo a saltarme las noticias de crónica política), a pesar de lo cual no he participado nunca activamente. Lo más que he hecho ha sido ir a votar. Y no siempre. De hecho, voté por primera vez bastante tarde, muy sobrepasados los 18. Hasta donde recuerdo, sólo he ido a votar en las dos últimas autonómicas-municipales, en las pasadas generales y en el referéndum de la constitución europea. Nunca he votado lo mismo dos veces, y siempre he visto decepcionadas mis expectativas (tanto si el partido elegido estuvo en el gobierno o en la oposición).

Sin tener aún claro si voy a ir a ejercer mi derecho al voto dentro de dos semanas, sí que tengo bien pensado a quién se lo otorgaré en el caso de que vaya. Así que la campaña no me interesa demasiado. Si le presto algo de atención es para ver qué burrada han dicho, qué delicadas palabras se han dedicado ese día los candidatos o qué acto se ha intentado reventar por parte de los energúmenos de turno.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Pues yo ando simplemente ejerciendo mi papel de oyente. Siempre he votado, en todas las elecciones desde que tuve los 18 he votado, y consciente de lo que votaba; pero nunca me encontré con una capaña tan agresivamente absurda como esta.
Opino que ha habido una clara táctica por una de las partes desde el principio, basada en la crispacion. Lo que me ha decepcionado es que la otra parte le ha entrado al trapo totalmente, perdiendo para mí toda su credibilidad.
Ahora estoy en la tesitura de : bueno ¿y ahora a quién voto?. Creo que votaré a los verdes para darle una leccion a ambos y se den cuenta, unos de que la táctica no es esa , y los otros, que algo habrá que hacer para cambiar la ley electoral y meter por fin las listas abiertas. Aunque tengo mis dudas, espero el debate de esta noche, ¡pressing catch en directo, señores!
Un saludo.

PENSADORA dijo...

Pues sí, yo estoy plenamente de acuerdo con romudea y voy a hacer lo propio, votaré a los verdes, que se jodan los demás.
No voté en las últimas elecciones porque estaba hospitalizada, y estas tengo pocas ganas, pero tengo menos ganas de que mi voto vaya a quien no se lo merece.
Un saludete y a pasar muy buena semana que por fin llueve otra vez.

El Pez Martillo dijo...

Llueve? Pues por aquí ha salido el sol después de un par de días nublados. De todos modos, por aquí no tenemos problemas de sequía este año.

Sobre la cosa electoral: no voy a ver el debate. Me temo que ya sabemos lo que van a decir (aunque posiblemente se guarden algún anuncio sorpresa para impactar y anular al contrario), y como ya tengo decidido mi voto, pues eso que me voy a ahorrar.

Por otro lado, sobre la crispación, sólo decir que dos no se pelean si uno no quiere.

Y también deciros que, aunque la cosa se focaliza en los dos grandes partidos, hay muchos partidos pequeños que a veces no se tienen en cuenta y que pueden llegar a ser decisivos.

Johannes A. von Horrach dijo...

¿Va a votar, amigo? Pensaba que no lo haría en esta ocasión.

Yo tampoco he visto el debate. He preferido masturbarme viendo una peli de Avy Scott.

El Pez Martillo dijo...

Horrach, no he dicho en ningún momento que vaya a votar. En eso soy indeciso. En lo que no tengo dudas es a quién va a ir mi voto en el caso de que me decida a ir.

Sobre el debate, me alegro de su opción, yo, devoto del CSI, vi dos capítulos bastante interesantes. En los descansos pasaba al pseudodebate, y entre las cejas de zp y la lengua y el viperino shesheo de Rajoy, no he podido dormir mucho.

Saludos.

El Pez Martillo dijo...

Supongo que lo de ir a votar será una decisión de última hora que dependerá del grado de resaca con el que me levante ese domingo.