miércoles, 13 de febrero de 2008


Algunos se quejan, además, de los ultrajes a que les expone la vejez de parte de los demás. En fin, hablan sólo para acusarla, considerándola causa de mil males. Tengo para mí, Sócrates, que no dan en la verdadera causa de esos males, porque si fuese sólo la vejez, debería producir indudablemente sobre mí y sobre los demás ancianos los mismos efectos. Porque he conocido a algunos de carácter bien diferente, y recuerdo que, encontrándome en cierta ocasión con el poeta Sófocles, como le preguntaran en mi presencia si la edad le permitía aún gozar de los placeres del amor y estar en compañía de mujer, "Dios me libre -respondió- , ha largo tiempo he sacudido el yugo de ese furioso y brutal tirano". Entonces creía que decía la verdad, y la edad no me ha hecho mudar de opinión. La vejez, en efecto, es un estado de reposo y de libertad respecto de los sentidos. Cuando la violencia de las pasiones se ha relajado y se ha amortiguado su fuego, se ve uno libre, como decía Sófocles, de una multitud de furiosos tiranos.

Platón. La República o el Estado, 329 b-c

1 comentario:

PENSADORA dijo...

HUM! y qué placentero sería no tener que llegar a viejo para sentirse en ese estado.
Pero... ¿y entonces?... ¿descartar los avatares de la vida que nos harían disfrutar del momento del descanso?.
Mejor vivir mucho y bien, para, llegada la vejez, disfrutar la libertad que nos dá la experiencia.