lunes, 2 de abril de 2018

Ni víctimas ni verdugos

Hoy en día hay víctimas de todos los pelajes. Cualquiera se presenta como víctima y pretende que por ello se le perdone todo. Hay bastante impostura en ello, una impostura perversa que banaliza a las auténticas víctimas, provocándoles más perjuicio que beneficio. Además, si hay una víctima hay un verdugo, con lo que en realidad se está promocionando a los verdugos, eso si no se trata en realidad de un afán señalador y acusatorio, tras el cual a lo mejor no hay un espíritu justiciero, sino más bien vengador (la línea que separa justicia de venganza a veces puede ser muy sutil). En este caso, hay algo de verdugo también en la víctima. 
Sea como sea, no se rompe el círculo, lo cual se logra no permitiendo ser víctima sin llegar a ser verdugo. Tan fácil y tan difícil.


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