viernes, 8 de julio de 2011

Material e inmaterial

Cuando más apegados vivíamos a las condiciones materiales (pasábamos frío, hambre, estábamos muy a merced de las enfermedades...) fue cuando más alto voló el ansia inmaterial del ser humano.

Por contra, a medida que hemos ido despegando de la crudeza de lo material, para quedarnos en una materialidad más "superficial", e incluso hemos llegado a un punto en el que todo depende de una pura nada virtual y cuasiespiritual, es cuando damos de lado a toda esa construcción inmaterial que en otros momentos nos fue tan cara. 

Como si entre lo material y lo inmaterial (¿espiritual?) no hubiera esa contraposición que estamos acostumbrados a creer. Como si existiera cierta correlación, y equilibrio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se ha perdido la ilusión, y en consecuencia la épica: somos tan racionales que damos asco.