lunes, 28 de febrero de 2011

Mi hipocondria

A menudo me defino como hipondríaco. En realidad con ello me caricaturizo, aunque siempre sobre una base de realidad. No es que tema a la enfermedad, ni que sienta cualquier cambio o movimiento en mi cuerpo como un síntoma de algo más o menos grave. Sencillamente, mi miedo es a morir repentinamente, que esos movimientos y cambios sean el segundo previo al fin. Y es curioso, porque la mayoría de gente parece preferir morir sin darse cuenta. Pues a mí, lo que me da pavor es acabar de golpe, no poder prepararme ni darme cuenta de que muero. 

Este temor no es más que el extremo de otro de mis grandes cuestiones de salud: el pavor que siento ante los mareos y desmayos. Eso de perder el mundo de vista y perder la consciencia es una idea que llevo fatal. Y claro, la muerte aparece como la inconsciencia suprema, aquella de la que no vuelves. No es tanto miedo a la muerte en sí, sino a que llegue de forma inesperada y repentina, sin dejarme "cerrar" cosas.

1 comentario:

PENSADORA dijo...

un miedo muy comprensible y humano.

yo siempre digo que, ante la muerte, no me consuela pensar que pueda convertirme en un pájaro, reencarnarme en una diosa o simplemente convertirme en parte de un "todo". no si no soy consciente de ello.

así que, exactamente igual que a tí, lo que me da miedo es la pérdida de la conciencia... ¡tan frágil ella!