Parece mentira que los gobernantes, sean del color y de la procedencia que sean, caigan invariablemente en los mismos tics: por su boca todo es estupendo. Si hay alguna protesta, intentan ningunear y criminalizar a los que protestan. Y si no pueden acallar las quejas, intentan bloquear los canales de comunicación, para que no vayan a más. Lo cual, en muchas ocasiones, acaba provocando el efecto contrario al buscado. Pero no escarmientan.
Y no, no estoy refiriéndome ni a Túnez ni a Egipto. La cosa cae mucho más cerca, aunque a otra escala no deja de ser lo mismo.
4 comentarios:
Todavía no lo entiende, querido amigo. Debería pasara por algún curso de reeducación para que le enseñen bien los mecanismos del doble pensar. A mí me ha impartido el curso cierta conselleira de equalitation, y, oiga, que me ha cambiado la vida. A ver, repita conmigo: si gobierna el PP, entonces los manifestantes son esforzados luchadores por la libertad y ciudadanos íntegros y concienciados. Pero si gobierna el PSOE, entonces quien proteste es chusma golpista que sólo quiere poner trabas al progreso y no arrimar el hombro para la gran mayoría absoluta. Pero si es facilísimo. Y muy cómodo, ya verá, pruebe. Aunque la comodidad será mayor si se saca el carnet del partido del conseller Thomàs, el inspirado artífice del mejor hospital del mundo. El mejor del mundo mundial y ustedes quejándose. Sibaritas. Si ej que...
Si no supera el curso, ya sólo le queda la vaselina.
Sea como fuere, estimado Horrach, los manifestantes son chusma para el que está en la poltrona, masas manipuladas desde las cavernas opositoras a las que hay que hacer entrar en vereda. Lo que sea menos escuchar, no sea que tengan algo de razón (que no digo que tengan que claudicar en todo, pero cuando hay un malestar por algo será, y qué menos que atenderlo en la medida de lo posible y razonable, claro que ya sabemos como funciona la mente política: lo único razonable es la adhesión irracional e inquebrantable).
es el mismo discurso que a menor escala mantienen los patronos con los empleados, el poder...que no entiende de huelgas ni de demandas plausibles...y nuestros derechos que tanto costó conseguir...nos los desbarataron con una crisis que inventaron...una crisis que en el fondo es de valores, de humanidad. Algo escasa, en los tiempos que vivimos.
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