miércoles, 24 de marzo de 2010

Envenenar la bondad


Allí donde sólo hay bondad abunda la carroña y la podredumbre, alimento de los buitres. Es preciso un punto de maldad, envenenar la bondad, para que goce de salud y al final triunfe.

3 comentarios:

PENSADORA dijo...

Fíjese que venía pensando al respecto de camino al trabajo.

Bueno no exactamente en la bondad pensaba, sino en aquello de hacer las consas CON (no POR) amor.

Diferenciando términos, es bien cierto que el exceso de bondad resulta más bien desventajoso mientras que unas buenas dosis de amor en lo que se hace puede suponer una verdadera ayuda con excelentes resultados.

Pero bueno, a ver si me inspiro del todo y escribo al respecto que todavía estoy bajo los efectos de mi tradicional siesta.

Saludicos pues!

El Pez Martillo dijo...

Mi idea es que a veces de los excesivamente buenos se abusa. Ya sabe lo que a veces se dice, que "era tan bueno que parecía tonto". De ahí la necesidad de darle un poco de picardía y suspicacia a la bondad.

PENSADORA dijo...

Sí, sí, totalmente de acuerdo.

Aunque no es fácil hacerlo, quizá la bondad es una característica tan intrínseca en los que la poseen que resulta harto complicado ponerle toque alguno...

Que desbarro...

Saludicos