viernes, 11 de septiembre de 2009

Jóvenes, aunque sobradamente perturbados


A raíz de la acumulación de sucesos protagonizados por gente joven, me he encontrado por ahí con varias citas de la época griega (algunas fálsamente atribuidas a Sócrates) en las que ya se expresa eso tan oído de "la juventud se pierde". Y sí, es algo muy viejo, porque los jóvenes, de una manera u otra han de marcar su territorio, distinguirse de sus mayores, haciendo que éstos se extrañen de sus conductas y gustos, olvidando a menudo lo que ellos fueron. Es ley de vida.

Pero esto, que es bien cierto, se utiliza como para disculpar sus desmanes, como un "dejadles hacer, total, siempre ha sido así". Cuando, en realidad, la enseñanza que se debería extraer es la de que de aquellos jóvenes salieron grandes personajes, y nosotros deberíamos intentar sembrar en las nuevas generaciones la semilla que germine en personajes de aquella talla, aumentando la presión sobre ellos, tutelándolos.

Aunque, pensándolo bien, los personajes siempre serán unos pocos, que sabrán emerger de entre la masa, como han hecho las grandes personalidades a lo largo de la historia. El enorme problema de nuestro tiempo es que la masa es voraz y odia todo lo que sobresale por encima de ella. La masa ya no es ovina, no sigue a pastores, o vive feliz pastando como si éstos no existieran, sino que se ha convertido en manada de lobos. No buscan un guía, sino un líder que les facilite más sangre, más carne que despedazar.

6 comentarios:

PENSADORA dijo...

Supongo que te habrás inspirado en los sucesos de Pozuelo.

Tienes toda la razón del mundo y es una pena. Sólo espero que, como dices, aquellos que "valgan la pena", al final, sepan sobresalir y desligarse de la masa.

Salud que no falte!

Adoyma dijo...

Mañana, de domingo haciendo tiempo al tiempo y paseando por Motigo, encontre tu blog.
Me he detenido en este post y aqui dejo mi comentario:
Los jovenes buscan un lider porque estan ansiosos de experiencias que no quieren encontrar de otra manera. Dentro de su rebeldia, por llamar de alguna manera ( mas que rebeldia es aburrimiento)encuentran la formula maravillosa del protagonismo. Penoso, muy penoso, asquerosamente penososo.
Espero que nadie le de a los lobos descerebrados ( y no solo son descerebrados los del episodio que refiere el anterior reflejo) mas cuartelillo.
Ahora, en algun rincon esta un guia que les calentara los oidos y nunca escucharan que lo que realmente les esta diciendo es: Avanzar, avanzar, avanzar.
Los verdaderos lideres dicen: Seguirme, seguirme, seguirme, pero claro aqui no hay lideres ni personas deseosas de conocimientos, aqui lo unico que existen son una recua de burros dirigida por un cabezilla cabrón.

Buen blog, continua filosofando enfermero. Cordial saludo.
Adoyma.

Johannes A. von Horrach dijo...

Partiendo del principio de que la juventud, por esencia, 'se pierde', es un perderse son criterio ni medida, lo interesante es la salida de la juventud, cuando se deja atrás ese perderse en la adquisición de patrones, normas y criterios de ser. Lo que tal vez le suceda a la juventud de las sociedades desarrolladas actuales es que se pierden más que nunca, víctima de una catarata inm,ensa de estímulos que los enloquecen. Así es difícil salir de esa espiral y construir algo que valga la pena. De todas formas, no toda la juventud actual se reduce a ese hatajo de gilipollas impresentables.

saludos

PD: qué melancolía ver la imagen de los Young Ones televisivos. De niño eran mi serie favorita de tv (me chiflaban las series de humor británicas). Por cierto, ¿sabe que han salido en dvd todos sus episodios?

El Pez Martillo dijo...

Pensadora, no, no me he inspirado en los sucesos de Pozuelo (¿a alguien le sorprenden a estas alturas?). Mi inspiración han sido todos esos que citan las palabras del Sócrates platónico para disculpar a los jóvenes y clavarles una puyita a los mayores que se quejan de ellos.

Doyma, gracias por el comentario. en efecto, muchas ganas de protagonismo y de hacer algo digno de colgar en youtube y que se hable de ellos es lo que tienen algunos.

Cierto Horrach, el descerebramiento puede ser parte de la confusión que la sociedad moderna genera. Y sí, por suerte no todos son iguales, pero mi temor es que los que destacan queden ahogados por esa masa de catetos, que sean éstos los que acaben imponiendo sus formas y sus criterios.

Salud!

Johannes A. von Horrach dijo...

Catetos y gilipollas siempre ha habido y, claro, habrá. Lo que caracteriza a nuestra época es la presencia mediática enorme que tiene esta gilipollería. Nunca se les había dado tanta cancha como ahora. Pero claro, si entre los artistas y pensadores una mayoría siempre dice que no existe la Cultura con mayúsculas y que en el arte no hay jerarquías, lo lógico es que pasen cosas como estas: lo mediocre se multiplica bajo el foco mediático.

El Pez Martillo dijo...

No sólo es que se les dé cancha (con tantos canales y medios como tenemos, es fácil que se cuelen por algún lado), es que además se les aplaude y jalea.

Y sí, luego vienen a decirnos eso de que no hay jerarquías, supongo que porque de otra manera ellos no tendrían su parte del pastel.