Con esto de escribir una entrada diaria, tengo ya un volumen considerable de material. Y claro, sucede cada vez con más frecuencia que tengo dudas acerca de si lo que quiero decir no lo he dicho antes. Ante ello, tengo tres opciones: aflojar el ritmo, revisar todo lo escrito cada vez que sospeche que voy a repetir algo, o, simplemente, seguir igual y convertirme en ajo y repetirme. Tomaría una decisón, pero ahora mismo no me acuerdo de si ya la tomé en otro momento.
2 comentarios:
JEJEEJ! amigo pez... haga usted el favor de ser un poquito más benevolente consigo mismo y permítase según qué licencias, como no escribir cuando no se tiene nada sobre lo que escribir.
Y si se repite usted, no se preocupe ¡le perdonamos!.
Un guiño de ojo derecho!
Es que siempre hay algo sobre lo que escribir. De todos modos, no se crea usted que escribo todos los días, ya que hay días que escribo varias entradas del tirón y las programo para que se publiquen el día que toque.
Lo que ocurre es que así, poniendo algo todos los días, alguno sale algo más o menos interesante. Tengo miedo de perder la forma y de que, si abandono algún día, que acabe acostumbrándome y lo acabe dejando, y de momento no me apetece.
Un abrazo.
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