Más sobre el tiempo. La otra noche, en uno de los templos de la nocturnidad palmesana, creí ver a la primera mujer de la que estuve enamorado. Tenía la misma mirada que yo recordaba, y algunas de sus expresiones eran idénticas a las de aquella adolescente que me tuvo atolondrado. Sin embargo, estaba cambiada. Muy cambiada. Más mujer, más plena, menos alegre. Y más rellenita. No es que me disgustaran sus carnes, aquella mujer era muy atractiva. Lo que me descolocó fue el cambio, la diferencia respecto a la chica que yo guardaba en mi recuerdo. Si es que era ella. Podría haberla abordado y preguntado, pero preferí no hacerlo por una cuestión de higiene de la memoria. No quise que aquella mujer (sin duda interesante) empañara la imagen de la joven de la que me enamoré. Soy consciente de que se trata de una trampa, y de que quiera o no quiera, siempre me quedará la duda de si era ella o no proyectando su sombra sobre aquella muchacha de ojos risueños. Siempre me queda el recurso de convencerme de que no era ella (estoy casi convencido), y seguir con la imagen idealizada que de ella tengo, con la que estoy tan acostumbrado a convivir (al fin y al cabo, la cosa se reduce a una costumbre ya muy arraigada).
Pero en el caso de que fuera ella. ¿Me vió?. ¿Me reconoció?. Aquí viene lo lamentable y deprimente, que si ella ha cambiado, yo no lo he hecho menos, y posiblemente prefiera a ese espigado niñato con más pelo y menos barba al que no amó. O no al menos como yo la quise a ella.
Tempus fugit.
3 comentarios:
¡AINS! que romanticón!.
Esos reencuentros no dejan de tener su cosa... por suerte o desgracia aquí en Hueskonsin son muy comunes. De hecho, este sábado tuve la suerte de encontrarme con mi ex... ¡como cambian las cosas con el paso de los años y cuán ciego es el amor!!
En fin, que me parece que una vez más me ha inspirado usted un nuevo post.
Salud y orujo, zagal!
Si es que en el fondo soy un moñas, a veces me cuesta disimularlo. Lo gracioso es que, inintencionadamente, la entrada salió en ese infame día en el que parece que todo el mundo se vuelve gilipollas de amor.
Salud!
JEJEJE! es verdad, justo el día de san valentín, mírate si ando poco inspirada que ni hice entrada para conmemorarlo ni nada!...
Estoy de un pasotaaaa!!!
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