De un tiempo a esta parte observo, no sin cierto estupor, que la universidad se ha convertido poco menos que en un pase de modelos. Al ir a matar el tiempo a la biblioteca, si quiero centrarme en mis lecturas, he de dar la espalda a la entrada, porque no hay quien se concentre. Es todo un escándalo. ¿A qué van esas señoritas, a estudiar o a lucir palmito? Cuando yo estudiaba no iban de esta manera. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que haya más mujeres que hombres en la universidad, ayudando así a que la "competencia" aumente? A mí, por lo pronto, ya me va bien...
3 comentarios:
Tal vez una de las posibles causas tenga que ver con que estas barbies altivas y soberbias (pero con alma 'quilla') pertenecen a la nefasta generación Logse. Vale que nuestra generación, la que estudió bajo la Ley General de Educación de 1970 (también llamada de Villar Palasí, el ministtro de la época), tampoco es para echar cohetes al aire, pero creo que se aprecian ciertas diferencias. Por ejemplo, los actuales teenagers viven (sobre todo las nenas) entregados hasta las cachas a los dictados de la moda y ven sus vidas como si fueran platós de televisión. La UIB (también la biblioteca de la Riera, a la que hace tiempo que no quiero ir) se ha convertido en eso: una pasarela para que las nenas muestren sus curvas y su estupidez galopante (los nenes, en este caso, no les van a la zaga).
He dicho, jajaja.
JEJEJE!!!
Es verdad, los tíos no son diferentes. Últimamente la biblioteca del Ramon Llull se está llenando de musculitos de gimnasio y porteros de discoteca (además de los tópicos okupas-rebelde-batasunos que de rebelde tienen lo mismo que yo de etíope). En fin, que están solo para verlas de lejos y tal, porque en cuento abren la boca, hay que salir corriendo.
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